¿COMO SE ORGANIZAN LAS FRATERNIDADES o CÉLULAS en UNA PARROQUIA?
Las
células o fraternidades
Una
Célula es la unidad básica estructural de un cuerpo humano vivo. Un cuerpo está
compuesto de células que han sido formadas y diseñadas por Dios mismo, cada una
de estas células son únicas y aun funcionan todas juntas para mantener el
cuerpo saludable y coordinado. Es importante llegar a entender que cuando el cuerpo crece más, es
que las células se han estado reproduciendo y multiplicando en su interior.
1Corintios 12:27 “Vosotros
sois el Cuerpo de Cristo, y miembros suyos individualmente”
Como la Iglesia de Jesucristo, también somos un organismo viviente (CELULA). La
manera como crece la iglesia del Señor es cuando cada miembro cumple con su rol
en relación con los otros miembros. Cuando nos relacionamos con otros comenzamos a funcionar juntos, a
multiplicarnos y la iglesia crece.
Una Célula es la unidad básica de
construcción de la Iglesia.
Todos nosotros necesitamos relacionarnos con personas con las que nos podamos
identificar y a quien
ayudar en nuestro caminar cristiano. La Célula es un modo práctico para que
encontremos una verdadera comunidad, y aun mas importante, para
participar de ella.
Con las células,
no estamos limitados por la capacidad de edificios físicos, reuniones centrales
de la iglesia, Las Células
permiten que muchos más personas sean
equipados y lanzados para alcanzar a sus amigos con las buenas nuevas del
evangelio.
El modelo de iglesia celular, no
es algo que esté de moda, ha existido por siglos; cuando Jesús inició su
ministerio él escogió a unas cuantas personas para compartir su vida con ellas,
animarles y luego enviarles (Marcos 3:13-16) –
Además los creyentes de las primeras iglesias se reunían en casas aunque
hubiera una iglesia en la misma ciudad (véase Hechos 2:46; 5:42; 12:12; 20:20).
También leemos en las epístolas de Pablo sobre iglesias las cuales se reunían
en hogares (Romanos
16:5; 1Corintios 16:19; Col 4:15; Filipenses 2). Cabe destacar
que las iglesias en hogares siempre pertenecían a una iglesia local.
El sacerdote, ocupa un
lugar preponderante dentro del sistema celular. Las células no funcionan de
manera mecánica, es la obra de Dios y ésta no puede ser realizada si se desliga
de los ministros.
Consecuentemente, el
ministro es parte indispensable del sistema celular. Una iglesia puede poseer
un sistema celular adecuado pero si el Pastor no es un varón de Dios las
células no funcionarán. En cambio una iglesia pudiera no tener el sistema
celular pero si el Pastor es un varón de Dios la iglesia crecerá.
No solamente es
necesario comprender los componentes del sistema celular; es vital que el
Pastor comprenda que su ministerio es clave para el buen funcionamiento de las
células. El párroco es el motor que
energiza el trabajo celular.
Para que suceda algo
diferente en el crecimiento de una iglesia es necesario que el Párroco comience
a pensar diferente y a ejecutar los cambios que sean necesarios. Si seguimos
haciendo siempre lo mismo es imposible obtener resultados distintos. (Hay que
dar un paso más adelante en la fraternidad de Emaús). Es primordial que se formen
dichas células, son muy necesarias para el crecimiento espiritual y humano en
nuestra parroquia, y así poco a poco vamos creciendo y evangelizando a nuestra
barriada.
La reunión de
adoración ante el Santísimo es un momento muy especial, donde todas las
fraternidades o células se unen para la adoración, momentos de plegaria
comunitaria, etc.
Para que eso sea
posible el Pastor debe crecer. Ninguna iglesia crecerá más que su Pastor. Una
iglesia grande solamente puede ser sostenida por un Pastor que sea grande a los
ojos de Dios.
El Pastor debe crecer
en su LLAMADO. Ser Pastor no es ejercer una profesión para la sobre vivencia
diaria. Es cumplir con el llamado de Dios para desarrollar la labor de la
salvación eterna. Es el guerrero que pelea las batallas de Dios.
El Pastor debe crecer
en ORACIÓN. La vida de oración es característica de las fraternidades celulares. Pero las fraternidades no se dedicarán a la oración sino bajo el
ejemplo de su Pastor. El trabajo celular se impulsa sobre las alas de la oración.
El Pastor debe crecer
en PASIÓN. El ardor de la iglesia para el trabajo celular solamente puede
desencadenarse a partir de un Pastor ardiente. Un Pastor lleno de dudas,
tímido, desinteresado no podrá encender la llama entre la parroquia.
El Pastor debe vivir
su visión y transmitirla con fervor a sus ovejas. Más que las palabras, las
ovejas entienden el lenguaje del ejemplo. Nadie podrá permanecer sentado si ve
a su Pastor ardiendo por salvar las almas alejadas de Dios.
El Pastor debe crecer
en su DEPENDENCIA DEL ESPÍRITU SANTO. El Espíritu Santo no es solamente una
doctrina estampada en algunos libros de teología. Es la persona real que debe
dirigir los destinos de su Iglesia. El Pastor debe aprender a escuchar la voz
del Espíritu. Sus mensajes deben ser recibidos en la cámara secreta de oración
en una dependencia humilde del Espíritu de Dios.
El Pastor debe crecer
en la PALABRA DE DIOS. La pasión que no se fundamenta en la Palabra de Dios es
solamente emoción. Las emociones son pasajeras y toda visión basada en
emociones no contará con la perseverancia que el trabajo celular amerita. Sin
un sólido y creciente conocimiento de la Palabra de Dios no puede asegurarse la
conservación de una iglesia numerosa. Sin Palabra sólida la iglesia puede
crecer como la hierba, alta pero débil. La idea es que crezca como un roble,
alta pero sólida.
El Pastor debe ser un
amante del conocimiento de Dios y de sus obras. No es un cazador de novedades
religiosas. Debe ser una persona dedicada al estudio de las Escrituras y de
aquellas herramientas que le permitan ofrecer un mensaje que sea vianda sólida
para las ovejas.
El Pastor debe crecer
en CONOCIMIENTO. Los desafíos de una iglesia numerosa son multifacéticos. El
Pastor tendrá que enfrentar y resolver situaciones de índole diversa. Eso
requerirá amplios conocimientos de los elementos que son importantes para la
atención y dirección de la iglesia. Esos elementos son todo el saber humano.
Por la misma razón el Pastor debe ser incansable en su búsqueda del
conocimiento y de la verdad.
El Pastor debe crecer
en SANTIDAD. La santidad se posee o no. No se puede ser santo solamente en
cierta medida. La santidad debe ser total.
El carácter real del
Pastor es aquel que se muestra cuando se está a solas. Quien desee que su
iglesia crezca debe también crecer en integridad, pureza, justicia, verdad y
honestidad.
El Pastor debe crecer
en HUMILDAD. Un hombre soberbio será aplastado por el peso de la reputación de
estar al frente de una congregación numerosa; pero el hombre humilde no puede
ser aplastado por el reconocimiento humano. Él ya fue aplastado por la mano de
Dios.
Cuando un Pastor reúne
estos elementos podrá proyectarse para recibir de Dios la visión para su
ciudad, país o el mundo. Con tales características el Pastor no encontrará
mayores dificultades en comunicar a sus ovejas el entusiasmo y la disciplina
necesarios para impulsar el trabajo celular.
El Pastor celular debe
creer en verdad en las células. Piensa en ellas, trabaja con ellas, predica de
ellas, sueña con ellas. El Pastor celular lee sobre el tema, se informa, se
relaciona con hombres claves en el movimiento celular, pregunta, investiga.
Respira células y transmite tal pasión a sus ovejas.
QUE ES UNA
CÉLULA Y COMO SE MULTIPLICA
Antes de definir qué
es una célula es importante establecer la diferencia entre una iglesia con
células y una iglesia celular.
Una iglesia con
células es aquella donde el trabajo con células es solamente otro departamento
de la iglesia al lado del departamento de señoras, de jóvenes, de coro, de
niños, etc. Las células son otra actividad más de la iglesia. Una iglesia con
células es aquella donde el sacerdote nombra a un coordinador general y demás
servidores de células (casi
siempre laicos) de la misma manera que
existe un delegado para los otros
departamentos y programas con los que la parroquia trabaja.
Otro concepto básico
que es necesario definir es referente a la diferencia entre un grupo pequeño y
una célula. Toda célula es un grupo pequeño pero no todo grupo pequeño es una
fraternidad.
Un grupo pequeño es
cualquier cosa que siendo pequeña es también un grupo. Hablando de grupos de
personas pudiera decirse que cualquier reunión con menos de 15 personas es un
grupo pequeño.
Dentro de esta
definición de grupo pequeño entra cualquier reunión de hermanos que se realiza
para tener comunión, para tomar café, para discipular, para que los jóvenes
tengan confraternidad, etc. Todos los mencionados son grupos pequeños y alguna
utilidad podrían tener para la vida de la parroquia, pero, ninguno de ellos es
una fraternidad.
DEFINICIÓN DE
CÉLULA:
Es un grupo de 4 a 12 personas que se reúnen semanalmente fuera
del (Templo) de la iglesia con el
propósito de evangelizar, confraternizar y edificarse, lectio divina, y que
están comprometidos en las funciones de la parroquia.
Los componentes de una célula (fraternidad) son la evangelización,
la confraternización y la edificación (formación) plegaria común.
En una célula hay crecimiento en número, en la relación con los
demás y en la relación con Dios. Si alguno de estos tres elementos está ausente
entonces tenemos un grupo pequeño pero no una célula o frater.
Los tres componentes de la célula deben estar equilibrados. Si se
enfatiza la confraternización sobre los otros elementos la célula se deformará para
enfocarse en dinámicas de comunión y descuidando la formación de nuevos
líderes. Si se enfatiza la edificación la célula se deformará y pondrá su
mirada hacia adentro olvidándose de los alejados de Dios. Si se enfatiza la evangelización la célula
perderá eficacia porque muchos saldrán por la puerta trasera al no equilibrarse
la comunión y la edificación.
El objetivo fundamental de la célula es la multiplicación. La meta
de cada célula es la multiplicación. Las células saludables y que guardan un
equilibrio entre sus componentes son las que se multiplican.
Las células se multiplican cuando sus miembros aumentan. El
propósito del sistema celular es mantener pequeño el número de personas que
asisten a una célula. Las células o fraternidades que tienen más de 15 asistentes comienzan a
perder su propósito.
Para que se produzca la multiplicación de una célula es necesario
que se produzca un proceso que incluye diversos elementos. El invitar a
personas a la célula es parte del
proceso de multiplicación, pero no lo es todo.
El proceso, ciertamente comienza con la invitación de personas. Luego se les debe evangelizar hasta lograr su
conversión. Después de su conversión se les debe visitar sistemáticamente,
luego se les debe animar a que se congreguen y reciban ayuda pastoral. Entonces
serán alentados, y serán capacitados
para que lleguen a convertirse en nuevos líderes.
Solamente cuando se sigue este proceso es cuando la célula se multiplicará.
Solamente cuando se sigue este proceso es cuando la célula se multiplicará.
Otros elementos importantes para lograr la multiplicación de las
células son:
REUNION DE PLANIFICACIÓN O DE SERVIDORES:
Tiene por propósito evaluar
la reunión celular anterior, planear la siguiente, asignar responsabilidades y
animar a los miembros SERVIDORES. Elaborar un programa de reuniones durante el
año, etc. Etc.
La reunión de planificación es fundamentalmente para los miembros
servidores de las células. Debe
realizarse con algunos días de anticipación a la reunión celular a fin que los
miembros cuenten con el tiempo suficiente para comprender y organizar las
recomendaciones recibidas.
Una buena reunión de planificación dará como resultado una buena
reunión de célula, una reunión de planificación deficiente dará como resultado
una célula deficiente.
La reunión de planificación no es una celebración, tampoco es una reunión de oración, tampoco es
una reunión para celebrar cumpleaños o para confraternizar. En la reunión de
planificación hay oración y confraternización pero su sentido principal es el
preparar la próxima reunión de célula.
La reunión de planificación solamente debe durar una hora y el
programa a desarrollar es el siguiente:
Oración
inicial.Lectura del Evangelio del día sin comentarios.
Compartir las instrucciones para la semana que el líder o Coordinador responsable de las células o fraternidades que recibió del sacerdote en la reunión de supervisión.
Revisar los resultados de la semana anterior.
Planificación de la siguiente reunión de célula.
Atender las necesidades de los miembros.
Anuncios.
Oración final convenida.
Durante la reunión de planificación el líder o coordinador debe evitar el ponerse a predicar, debe ser amable y no impositivo y, lo más importante, dar el ejemplo.
MEDITACIÓN ANTES DE LA REUNIÓN DE CÉLULA. El trabajo de
preparación para la célula debe cesar para el líder al menos media hora antes
que la misma comience. Debe tomar tiempo para preparar su corazón ante Dios
pidiéndole que le dé la llenura del Espíritu Santo.
El servidor, debe buscar la
soledad y la oportunidad de estar en silencio en comunión con Dios. Existen
muchas cosas que Dios desea decir antes que inicie una célula. El servidor debe tener oídos atentos para poder escuchar
las instrucciones del Espíritu.
PREPARACIÓN DE LA ENSEÑANZA. El servidor debe estudiar la enseñanza que se le ofrece en
la Guía semanal o quincenal con
suficiente anticipación. Si el estudio de la lección se deja siempre para
última hora el servidor no habrá
asimilado adecuadamente las verdades de salvación que deben transmitirse.
Al hacer su estudio el servidor (líder) debe tomar nota de dudas o preguntas que le
surjan para, luego, consultar con el párroco y estar preparado a la hora de compartir el
evangelio con los invitados.
SABER ESCUCHAR. Para que los amigos se sientan con deseos de
volver a una célula es importante que se sientan bien tratados. Eso incluye el
ser escuchado. Las personas buscan quien
les escuche. El líder no solamente debe fingir que escucha sino que debe
escuchar en verdad. Los líderes celulares escuchan para mejorar la calidad de
su célula al resolver los dilemas y orientar a sus miembros.
TRABAJAR FUERA DE LA CÉLULA. El líder (servidor) lo es en todo tiempo. Él no solamente atiende
a las personas dentro de la célula sino que lo hace siempre que sea necesario.
Las personas en su vecindario afrontarán diversas necesidades y la “hora de
servicio” del servidor no es solamente
aquella de la reunión sino una disposición de todo el tiempo de servir al
prójimo.
CRECER EN TODO TIEMPO. El servidor debe asistir puntualmente a las reuniones de
supervisión con el sacerdote para ser
afinado en el trabajo de llevar las buenas nuevas. No debe olvidarse que el
trabajo de formación continúa toda la
vida.
CONSERVANDO
LOS FRUTOS DE LA CÉLULAUn conocido evangelista dijo: “Cuesta diez por ciento de esfuerzo para ganar a una persona para Cristo, pero cuesta noventa por ciento hacer que permanezca en la fe”. La verdad de estas palabras se hace evidente en la medida que el número de conversiones se multiplica en una parroquia.
Una parroquia que aplique
los principios del sistema celular pronto comenzará a ver resultados. Los
nuevos conversos vendrán y entonces es cuando el verdadero trabajo comenzará.
Para cerrar la puerta del fondo es necesario tomar medidas de atención y
cuidado para los nuevos conversos.
Las primeras semanas después de la conversión son críticas en la
vida de una persona. Por ello, es necesario entrenar a los miembros de la
célula no sólo en ganar almas sino también en cuidarlas.
La visita debe ser en un espíritu cordial, de fortalecimiento, de
verdadero interés por el nuevo converso. Dado que la mayor parte de personas
que son ganadas para Cristo en una célula han sido invitadas por un miembro de
la misma célula, es conveniente que las visitas las haga la persona que comenzó
invitando a dicha persona.
La
primera visita tiene como propósito explicar y reafirmar lo que significa haber
recibido a Jesús como salvador.La segunda visita tiene por objeto enseñar a los nuevos conversos sobre la virtud de la oración.
La tercera visita tiene como finalidad explicar la importancia de la lectura de la Palabra y animar a la persona a comenzar a leerla cotidianamente. La cuarta es presentarle al sacerdote o párroco. (El Pastor tiene que conocer a sus ovejas)
Con estas cuatro visitas se habrá atendido al nuevo converso
durante su primer mes de vida cristiana lo cual es ya un paso importante.
Pero, eso no significa que dicha persona no pueda de volver atrás.
Pero, eso no significa que dicha persona no pueda de volver atrás.
Cada cristiano necesita un mentor o hermano servidor, y éste debe serlo por tiempo indefinido o para
siempre. El hecho de haber culminado las visitas programadas no significa que
el hermano mentor ha finalizado ya su tarea.
El cuidar de un alma es un trabajo que demanda disposición, amor
por el prójimo, abnegación y lealtad. El servidor debe estar al tanto del desarrollo
espiritual del nuevo hermano/a. Debe orientarlo, alentarlo y animarlo a
participar activamente de la obra de Dios. En caso de enfermedad u otra clase
de dificultades, el servidor debe ser el
primero en salir en busca de la oveja.
Este cuadro demanda un nuevo paradigma del cuidado pastoral. Ya no
es posible continuar conservando la idea que el sacerdote es quien visita, aconseja, alienta, exhorta y
consuela a los hermanos. En el modelo celular es necesario rescatar el concepto
del Nuevo Testamento del sacerdocio real
de todos los hijos de Dios, para
animarse los unos a los otros. Para tener cuidado los unos por los otros.
Al cuidar de los aspectos espirituales, físicos y materiales de
los miembros de la célula será posible desarrollar en cada persona un sentido
de pertenencia a la célula o fraternidad
(un compromiso, la imposición de la Tau) por numerosa que ésta sea.
Una persona que no tiene fundamentos serios es una persona
inmadura y por lo tanto insegura e inestable, es una persona que no ha crecido
espiritualmente, y tiene que estar en una fraternidad de crecimiento, porque
puede dar más problemas que ayuda
LA SUPERVISIÓN Y LA DISCIPLINA EN
EL SISTEMA CÉLULA
Hemos aprendido lo importante que es saber delegar funciones entre
los hermanos no sólo para que todos tengan alguna participación sino también
para poder atender un número más amplio de personas. No obstante, esto lleva
implícito el riesgo de que a medida que aumenta el número de personas que se
involucran en esta labor también aumenta la posibilidad de olvidos, errores u
omisiones. De ahí la importancia de la supervisión.
Cómo
preparar supervisores eficaces: El Párroco al igual que Moisés, debe saber hacia dónde
conduce a su parroquia. El es el que más clara tiene la visión y su vida
es poseída por ella: todo lo que hace y dice gira en torno a las células y al
crecimiento que visualiza en su parroquia. No pierde su tiempo en asuntos que no aportan
beneficios a la labor que Dios le ha encomendado. Vela siempre por actualizarse
a fin de alcanzar las metas que se ha propuesto constituyéndose en un ejemplo
digno de imitar.
Una meta es un objetivo específico que se pretende alcanzar en un
tiempo específico.
Los elementos de una meta son:
Un objetivo específico. Claridad sobre lo que se pretende. Que
cada servidor sepa a dónde va, cuál es
el camino a seguir.
Un tiempo específico. Un objetivo específico sin un tiempo para ser alcanzado no constituye ninguna meta. Es necesario establecer el tiempo cuando se pretende alcanzar el objetivo.
Un tiempo específico. Un objetivo específico sin un tiempo para ser alcanzado no constituye ninguna meta. Es necesario establecer el tiempo cuando se pretende alcanzar el objetivo.
Las
metas solamente se lograrán por una insistencia permanente en que el objetivo
de la célula, es la multiplicación.
Las
células son criaderos de líderes y es importante aprovechar tanto recurso
humano que la obra de Dios demanda. Jesús dedicó un 51% de su tiempo al
ministerio público y el restante 49% a la formación de sus discípulos. Ese es
un porcentaje sorprendente que nos muestra el énfasis que Jesús dio a la
formación de líderes.
Para obtener nuevos líderes es importante seguir los siguientes
principios:
Primer principio:
Instruir a los líderes
actuales sobre su objetivo principal. Si bien es cierto que el líder debe dar
ejemplo a los miembros de su célula llevando invitados, su trabajo principal
es, en realidad, encontrar al próximo líder celular. Para los miembros la
célula es lo que posibilita alcanzar a otros para Cristo, para el líder la
célula es lo que posibilita formar nuevos líderes o servidores.
Segundo principio:
Permitir que cada miembro
realice funciones celulares significativas. Una vez los líderes actuales han
escogido a un miembro de su célula para convertirlo en un nuevo líder debe
comenzar a instruirlo permitiéndole desarrollar ciertas funciones como: oración
de bienvenida, dirección de alabanzas y, en casos avanzados, impartir la
enseñanza.
Tercer principio:
Asegurarse que el líder
potencial reciba la formación adecuada. El líder debe conducir al candidato al curso
de formación (en la parroquia) con el fin que reciba las herramientas que le
permitirán convertirse en un nuevo líder. El estudio y la asimilación del
Catecismo de la Iglesia Católica, es la base para la formación de los
servidores de las fraternidades, (células).
La capacitación de un nuevo líder es permanente, no queda
completada con el curso de capacitación. Cada nuevo líder debe continuar
teniendo un servidor, debe complementar su capacitación exteriorizando sus
dudas y preguntas en la reunión de supervisión. O al párroco.
El Coordinador de grupos celulares debe reclutar y entrenar a más líderes de los
que necesita. No debe escatimar tiempo y recursos en el entrenamiento de nuevos
líderes.
Al convertirse en un
seguidor de Jesucristo, cada creyente podrá experimentar la importancia de
abrir su casa para que en ella se comparta el mensaje de Cristo y de esta
manera el evangelio se extienda entre sus familiares, parientes y vecinos
cercanos.
Dios ha dado una visión en la que se
destaca el trabajo en los hogares, hoy en día en que vemos que la familia está
amenazada, hogares desunidos, divorcios, etc.
Como estrategia básica para
alcanzar nuestras ciudades para Cristo. Esta, forma parte de la unción de
multiplicación otorgada a la iglesia hoy, y tiene un claro fundamento bíblico.
Hechos, 10.
Nos habla acerca del
nacimiento de la iglesia primitiva relatando acontecimientos que tuvieron lugar
en casa de Cornelio, un hombre gentil, quien reunió a todos sus familiares,
amigos y conocidos para escuchar el evangelio a través de Pedro. Desde ese
instante, las casas se convirtieron en lugares propicios para la difusión del
mensaje de Cristo y aún para la realización de milagros en el nombre de Jesús,
fortaleciendo al cuerpo de Cristo que se ha extendido por todo el mundo.
La visión celular permite que
comprendamos la importancia de abrir casas para compartir el evangelio, y lo
pongamos en práctica. Y a no depender tanto de los locales parroquiales. Una
Iglesia madura, es aquella que camina
junto a sus servidores de las células o fraternidades, delegando en los laicos
para que estos sean transmisores del evangelio.
El sacerdote o párroco
deberá tener reuniones con los líderes o servidores de las células para evaluar
y corregir los errores que se puedan surgir en cada situación.
Organizar retiros,
convivencias, asambleas, etc. Para alentar a todas las células al seguimiento
del Señor, organizar conjuntamente con los servidores, Exposiciones del
Santísimo con turnos de vela, alentar a
todos a recibir el sacramento de la reconciliación, y la frecuencia a la vida
sacramental.
Comentarios
Publicar un comentario