CENA SOLIDARIA EMAÚS
Ayer día 3 de Mayo,
nuestra Fraternidad celebro una cena solidaria en favor del proyecto
"encuentro" de los sin techo de nuestra ciudad de Palma, asistieron
un centenar de personas, venidas de Algaida, Palma y de nuestra parroquia.
Pudimos oir el testimonio de Paula y otros hermanos voluntarios del trabajo
solidario que llevan acabo durante la semana. Después contemplamos un vídeo de
diferentes momentos de la fraternidad. Nuestro párroco Mn Julio Barcudi Godoy
agradeció el trabajo de Emaús, de los voluntarios, etc. al terminar el acto
toda la comunidad le dimos una sorpresa a D. Julio por su ejemplo y dedicación
para con todos. Solo nos queda decir GRACIAS POR VUESTRA GENEROSIDAD.
Momentos importantes de la vida de
nuestra joven Fraternidad de Emaús de la Vileta. Esperamos que os guste.!!
*********************************************************************************
*********************************************************************************
RELACIÓN CON LOS DEMÁS. LLAMADOS A LA
COMUNIDAD
Para que el hombre interior crezca y se desarrolle es imprescindible una comunidad. El esfuerzo solitario termina en los brazos del Maligno o, con otras palabras, al que se sale del campamento se lo comen los chacales. Por más que le resulte incómodo a nuestra mentalidad individual y capitalista, es necesario pedirle al Señor el don de la comunidad. Es un don y una revelación, puerta de acceso a los caminos de perfección. No es un simple estar juntos sino un estar en el Señor. No hay posibilidad de llegar a la santidad fuera de la comunidad.
Aunque el Señor tenga para cada grupo un plan o un carisma a desarrollar, lo más importante es la vida interior al grupo, que siempre será comunidad o escuela de perfección. Ahí se nos hará presente Jesucristo, ahí debemos crecer, ahí se nos da el don de unos hermanos con los que tenemos que caminar hacia arriba.
El poder del Kerigma en los grupos se hace iglesia y reunión. Los Hechos nos cuentan cómo la gente, compungida por la Palabra, se bautizó y comenzó a reunirse en comunidad. Este es un acontecimiento pascual. No nos reunimos por el poder de un atractivo físico o de una coincidencia de intereses sino por el poder del Espíritu.
Es sorprendente cómo los grandes genios de la teología, Agustín y Tomás, cuando querido definir a las Personas de la Trinidad, no han sido capaces de decirnos nada de su interior, ni de su vida o esencia. La única forma de entenderlas es por sus relaciones, o sea, las relaciones que tienen entre sí el Padre, el Hijo y el Espíritu. ¿Qué relaciones son éstas? Relaciones de amor, forman comunidad cristiana: entendemos mejor a las personas en sus relaciones que en sí mismas. Una persona se nos da en su forma de amar, de acoger, de servir, de aportar. Así decimos, fulano es bueno, majo, agradable, servicial. La comunidad es, pues, un conjunto de relaciones en las que las personas van adquiriendo una identidad cristiana. La forma más nítida de expresar la santidad de una persona se da en sus relaciones con los demás.
Para que el hombre interior crezca y se desarrolle es imprescindible una comunidad. El esfuerzo solitario termina en los brazos del Maligno o, con otras palabras, al que se sale del campamento se lo comen los chacales. Por más que le resulte incómodo a nuestra mentalidad individual y capitalista, es necesario pedirle al Señor el don de la comunidad. Es un don y una revelación, puerta de acceso a los caminos de perfección. No es un simple estar juntos sino un estar en el Señor. No hay posibilidad de llegar a la santidad fuera de la comunidad.
Aunque el Señor tenga para cada grupo un plan o un carisma a desarrollar, lo más importante es la vida interior al grupo, que siempre será comunidad o escuela de perfección. Ahí se nos hará presente Jesucristo, ahí debemos crecer, ahí se nos da el don de unos hermanos con los que tenemos que caminar hacia arriba.
El poder del Kerigma en los grupos se hace iglesia y reunión. Los Hechos nos cuentan cómo la gente, compungida por la Palabra, se bautizó y comenzó a reunirse en comunidad. Este es un acontecimiento pascual. No nos reunimos por el poder de un atractivo físico o de una coincidencia de intereses sino por el poder del Espíritu.
Es sorprendente cómo los grandes genios de la teología, Agustín y Tomás, cuando querido definir a las Personas de la Trinidad, no han sido capaces de decirnos nada de su interior, ni de su vida o esencia. La única forma de entenderlas es por sus relaciones, o sea, las relaciones que tienen entre sí el Padre, el Hijo y el Espíritu. ¿Qué relaciones son éstas? Relaciones de amor, forman comunidad cristiana: entendemos mejor a las personas en sus relaciones que en sí mismas. Una persona se nos da en su forma de amar, de acoger, de servir, de aportar. Así decimos, fulano es bueno, majo, agradable, servicial. La comunidad es, pues, un conjunto de relaciones en las que las personas van adquiriendo una identidad cristiana. La forma más nítida de expresar la santidad de una persona se da en sus relaciones con los demás.
Comentarios
Publicar un comentario