¡¡PROPAGAR LA FE O HACER PROPAGANDA DE ELLA!!

 

Pero no confundamos propagar la fe con hacer propaganda de la fe. La misión la podemos entender a través de las parábolas del Reino, sobre todo con la parábola de Sembrador. Nosotros somos los portadores de la Semilla del Reino y la lanzamos a todas las tierras por donde pasemos. No se trata de hacer crecer las Semillas, que es una obra conjunta del Espíritu Santo y quien la recibe.

 Pero hagámonos una pregunta crucial ¿Tenemos Semillas del Reino para lanzar? No se trata de costumbres devocionales, apariencias o eventos de diversión. Se trata de algo que sobrepasa todo lo cotidiano. Se trata de lanzar la Semilla que hace posible que el Reino de Dios crezca en el ser (completo) de quien la recibe.

Lanzar la Semilla es una misión externa. Recibir la Semilla con humildad y apertura al Espíritu, es una misión interna. Interna en dos niveles: interior a nosotros mismos e interior dentro de la comunidad en donde vivimos la fe. La misión externa busca marcar una diferencia en el ámbito del mundo, la sociedad y/o el entorno social en que vivimos. Sin embargo, es importante reconocer que las misiones externas no son posibles sin desarrollar primero una misión interna. Sin combustible, nuestro vehículo no irá muy lejos. En otras palabras, uno debe tener un sentido de propósito y dirección dentro de uno mismo antes de poder perseguir objetivos externos de manera efectiva.

La Fraternidad de Jesús es un grupo eclesial de inspiración seglar, constituida y dirigida por seglares, con el ideal común de cooperar con la obra que realiza Jesús por medio del Espíritu Santo en su Iglesia y en las almas de los fieles, formando seglares adultos en la fe.

La espiritualidad tiene su fuente en la Consagración Bautismal que sus miembros, conscientes de la santidad que allí recibieron en germen, aspiran a desarrollar cooperando con la gracia según el espíritu de Francisco de Asís, hermano de todos, Carlos de Foucauld, la vida de Nazaret e Ignacio de Loyola en la fecundidad de la evangelización.

 

En síntesis, tres finalidades principales persiguen nuestra Fraternidad. En primer lugar, reunir en ella a aquellas personas seglares que deseen alcanzar la santidad en una vida de intimidad con Nuestro Señor, dispuestos a conocerlo, amarlo y seguir sus huellas con abnegación y mortificación, como cera blanda en manos del Padre.

 

En segundo lugar, ayudar a la evangelización a través del apostolado, ayudando en las parroquias a los presbíteros, como sal de la tierra y luz que alumbre a los demás hombres, guiándolos hacia el alto destino del hombre, haciéndolos conscientes de la noble misión de los bautizados de transformar el mundo para gloria del Dios. Porque el apostolado se concibe como exigencia del amor a Jesucristo, para extensión de su reinado sobre la tierra: a quien le ame a Él de verdad, no le podrán ser indiferentes los intereses de su Corazón. Esto lo hacemos, en la fraternidad de Jesús, consustancial a la santificación, como consecuencia del dinamismo bautismal y de la Confirmación.

Una vida encerrada en el misterio de Nazaret, al igual que la sagrada familia, mezclados con el mundo, pero firmes en la fe. Viviendo en comunidad como base de nuestra fraternidad universal.  ayudar a quien lo deseen a descubrir la vocación cristiana a la santidad, facilitando su discernimiento vocacional, principalmente con el medio de la oración, los retiros y acompañamiento espiritual.

Fraternidad de Jesús

   (Mallorca)