ENVÍO DE HERMANOS A MISIONES
Hoy en día todavía hay mucha
gente que no conoce a Jesucristo. Por eso es tan urgente la misión ad gentes,
en la que todos los miembros de la iglesia están llamados a participar, ya que
la iglesia es misionera por naturaleza: la iglesia ha nacido “en salida”
En muchas regiones escasean las
vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada. A menudo esto se debe a que en
las comunidades no hay un fervor apostólico contagioso, por lo que les falta
entusiasmo y no despiertan ningún atractivo. La alegría del Evangelio nace del
encuentro con Cristo y del compartir con los pobres. Por tanto, animo a las
comunidades parroquiales, asociaciones y grupos a vivir una vida fraterna
intensa, basada en el amor a Jesús y atenta a las necesidades de los más
desfavorecidos. Donde hay alegría, fervor, deseo de llevar a Cristo a los
demás, surgen las verdaderas vocaciones. Entre éstas no deben olvidarse las
vocaciones laicales a la misión. Hace tiempo que se ha tomado conciencia de la
identidad y de la misión de los fieles laicos en la Iglesia, así como del papel
cada vez más importante que ellos están llamados a desempeñar en la difusión
del Evangelio. Por esta razón, es importante proporcionarles la formación
adecuada, con vistas a una acción apostólica eficaz. (Mensaje del Papa Francisco, Jornadas
Mundial de las misiones)
La misión es universal e
integral. Ser misionero hoy es darnos cuenta de que hemos sido enviados al
mundo para amar, servir, predicar, enseñar, sanar y liberar. Es servir a todos
y especialmente a la gente más olvidada de la ciudad, la nación y el mundo.
Fraternidad de Emaús
Unidad Parroquial la Vileta y Son
Roca
Palma de Mallorca (España)
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