TESTIMONIO MISIONERO DE ISABEL FERRER NADAL

Nuestra hermana Isabel Ferrer, de la Fraternidad de Emaús de la parroquia de la Vileta, ayer nos presento a toda la comunidad parroquial las vivencias y experiencias de su misión en Tanzania.

Como eslabón de su entrega al Señor, desde la Fraternidad. Como el Señor va dirigiendo sus pasos sobre todo en los más desfavorecidos en países subdesarrollados. Nos explico la gran labor humanitaria que hacen las religiosas: Hermanas de la Divina Gracia, que su Patrona es Santa Filomena.

La labor humanitaria de Isabel,  no solo es en países de misión sino su incansable labor en Caritas de Mallorca, los sin techo de Palma, (Grupo encuentro de la Vileta), ha colaborado en esta misión con la Fundación Escribano.  Tanto ella,  como su pareja Manuel Barrado piensan volver antes de fin de año.

Es una iniciativa muy enriquecedora que los jóvenes dediquen un tiempo de su vida a compartir  con los más pobres,  se necesitan: maestros, enfermeras, médicos, etc. Toda profesión sirve para compartir.

Los voluntarios son personas que desinteresadamente ponen su granito de arena para llevar adelante una iniciativa y muchas veces son un vínculo entre el que necesita y el que tiene la solución.
Los que trabajan como voluntarios, reconocen que en Misiones no hay una cultura del voluntariado como sí se da en Europa u otros países, donde ayudar a otro es una materia más en la vida de cada ciudadano. El voluntario no recibe ninguna remuneración y el tiempo libre que dispone, es el que le dedica para trabajar a favor de los demás. Generalmente es gente joven que está estudiando, que no tiene trabajo pero que tiene ganas de ayudar. También es gente mayor que ya se jubiló y tiene ganas de sentirse útil”.
“Hay muy poca gente dispuesta a ser voluntaria en Misiones, muchos buscan un remuneración”.

“Los ayudamos con comida, ropa y medicamentos, pero también les llevamos amor y esperanza.  (palabras de Isabel Ferrer.)

Desde nuestra parroquia de la Vileta,  y los hermanos y hermanas de la Fraternidad de Emaús, agradecemos la labor de las personas que dedican un tiempo de su vida a esta labor.

No podemos olvidar a los Misioneros y Misioneras que movidos por el Espíritu Santo, son enviados a entregar su vida por Cristo a los demás.

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