¿Cómo prender fuego a la Iglesia?
Estamos hablando del fuego del
Espíritu, Dios quiere hacer una revolución, ya lo decía el Papa Francisco
“hagan lio” este lio viene cuando confiamos plenamente en Dios y no en nuestras
fuerzas.
Os voy a contar un cuento; Había
una vez un constructor que hacia una gran iglesia, y un día fue a visitar a los
trabajadores y pregunto a uno ¿Qué haces? Éste le respondió estoy poniendo
ladrillos. Se acerco a otro y le pregunto lo mismo, éste respondió ¡estoy
haciendo un muro! Entonces fue a otro y lo mismo, pero este le contesto; ¡estoy
construyendo una Iglesia!
Cuando estamos trabajando, lo más
importante es la “visión” ósea el fin de lo que queremos conseguir, vendrán
momentos difíciles no siempre sale como uno quiere, pero la verdad es el
trabajo en conjunto, no estamos solos en esta empresa, la visión es compartida
por todos los contratados a trabajar en esta empresa.
Cuando Dios nos llama dibuja una
visión, es para lo que estas llamado, esa alegría, esas ganas de avanzar, esos
dones con que el Señor te va mostrando para seguir su Voluntad, y muchos
detalles que se propician acá en este mundo y son semilla del otro. Dios
siempre cumple sus promesas, aunque caminemos en la fe, y sintamos la visión. Pues
de la visión y la misión; son primas hermanas, una va con la otra. Se trata de hacer un giro no de 180 grados,
sino de 360 grados, se trata de influir y ser influidos, porque somos comunidad
eclesial, todos formamos la Iglesia y en ella están los grupos, movimientos,
religiosos/as regulares y los laicos seculares, etc. Son y están para ser
comunión los unos con los otros. El gran pecado que cometemos es caer en
rivalidades.
El futuro del Pueblo de Dios es
la vida en las parroquias, ¡todos remando mar adentro! Porque todos estamos en
la misma barca. El Señor se fío del timón de Pedro, y este de su Voz. Es lo que
tenemos que hacer todos los cristianos, ir en la barca de Pedro. Los discípulos
tienen que estar unidos, trabajar en la viña con el mismo proyecto, la misma
visión, porque aprendemos los unos de los otros. No nos podemos quedar en el
primer anuncio, nuestra misión es hacer discípulos. Si nos fijamos en los
hechos de los Apóstoles, todos tenían un mismo sentir y formaban una unidad
eran un solo cuerpo. Lo que tenemos que hacer es volver a los hechos o a las
primeras comunidades y fortalecer las parroquias porque es allí donde se forma
la comunidad de los creyentes, y se celebra el encuentro con Cristo el Señor.
¿Pero qué es lo que nos hace
falta? ¡Una fe ardiente! A veces el
problema eres tú. Todo lo quieres controlar, no das espacio a nadie ni a nada,
te crees autosuficiente y en esa aptitud entorpeces el plan de Dios sobre ti y
tú comunidad.
¡La nueva evangelización es nueva
y lleva el frescor del evangelio, hay que cambiar métodos y formas, al “vino
nuevo, no se le puede poner en odres viejos!
Se necesitan nuevos evangelizadores enviados por la comunidad,
cristianos que se toman en serio su bautismo.
Un laicado bien formado, en
pequeñas comunidades o fraternidades donde el centro de ellas sea la Palabra de
Dios, la vivencia o metanoia signo de conversión. Una parroquia misionera,
porque la Iglesia existe para hacer discípulos. Este es el impulso que el
Concilio Vaticano II nos ha impulsado igualmente a todos, y la Iglesia del
futuro.
Si nos damos cuenta, Jesús no
vino al mundo solo a curar a los enfermos, a dar de comer a 5.000 personas, etc.,
su misión fue hacer discípulos, formarlos y enviarlos. ¡esta es la misión de la
Iglesia. El encargo del Señor es urgente y revolucionario porque nos rompe los
métodos y formas que con el paso del tiempo hemos ido añadiendo. Hoy el joven
de hoy quiere un cambio radical, “una Iglesia pobre, para los pobres” decía el
Papa Francisco. Empezando por el clero, hasta el último bautizado. No podemos
ofrecer sacramentos como si fuera un supermercado, dependiendo del sacerdote y
su criterio, a veces no seguir un plan pastoral de conjunto hace que no se tome
en serio la realidad del sacramento. Los mismos presbíteros deberían de ser
responsables y no ofrecer las cosas como si todo dependiera de ellos, porque al
final hacen más daño al pueblo de Dios.
También en esta iglesia
deberíamos de reflexionar por donde perdemos ¡agua! Nos cansamos de tantos
planes pastorales, vemos que poco a poco las Iglesias vacías, Como decía el
Papa Francisco; “No peinemos ovejas” ¡salid al encuentro de los hermanos! No tengáis miedo, Yo estoy con vosotros, dice
el Señor. Hay que aprender a escuchar los signos de los tiempos, lo que antes
valía ahora ha dejado de servir. ¿Cada
vez la gente, y cristianos se alejan de las parroquias y que pasa? Pues que
caemos en convertir la liturgia en un folclore para atraer a la gente, bailes
regionales, etc. Todo para ser simpáticos y modernizar la parroquia. ¿Pero eso
es agradar al mundo, acaso no sabemos que nuestra meta no es el mundo? Nuestro
destino es el cielo, en el mundo moriremos, pero en el cielo viviremos junto
con Cristo. El mismo Jesús nos llama a remover esta pastoral caduca, a tener
una visión conjunta y eclesial, unidad entre el clero y el Obispo y éste
apacentando al pueblo de Dios
¿Porque no empezamos en hacer una
asamblea parroquial, donde cada comunidad vera lo que tiene o de que carece?
Esto sería muy útil para el párroco y todo su equipo. Después mucha
transparencia en los asuntos económicos, rendir cuentas a la comunidad. Ya os
he dicho que el cambio es de 360 grados, solo así los alejados podrían volver.
¿Por qué la comunidad no puede abastecerse ella misma? Los asuntos económicos
más controlados, etc. Todo en manos de los laicos en comunión con el párroco. ¡Qué
difícil verdad! Pero es necesario arrancar motores, el Espíritu Santo viene a
traer fuego a la Iglesia, pero se encuentra con comunidades frías, apagadas,
sin celo apostólico…. Hay que ir
cambiando, romper las viejas estructuras, mirar al futuro y aprender de los errores.
La pastoral ordinaria que tenemos ahora es como la de hace 20, 30, o 50 años,
todo más de lo mismo.
Recordemos las palabras de Dios a
Moisés: “‘No te acerques. Descálzate, porque el lugar en que estás es tierra
sagrada'. Éxodo 3. ¿Ese descálzate es nuevo para él, y por qué? ¿Si bien es
cierto el Señor lo llamo a su Presencia, y porque le dice descálzate? Porque él
viene “calzado” no se presenta desnudo, viene con sus ideas, sus estructuras,
etc. Y Dios le quiere desnudo porque aprenda que su Voluntad es Sagrada, y no
solo el terrero que pisa. Dios está detrás de la hoguera, el fuego es su
Presencia, pero él está en lo escondido, para que le descubramos en lo
escondido, en la oración, en los sacramentos, en nuestros corazones, ““Y el que
estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me
dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.” (Apocalipsis 21:
5)
El cambio es: “Haced discípulos”
no miembros, los miembros son un número y Dios quiere corazones- no números,
quiere amigos, porque Él quiere ser nuestro compañero de viaje.
¿No ardía nuestro corazón
mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras? Lc 24.13-35,
¡Empezamos a arder!
Rafael Verger
Un article ben equilibrat, dificil de dur a terme amb la jerarquia que tenim. Però tens tota la raó el fer deixebles és una novetat a l'església catòlica estem acostumats a no fer res o gairebé res, estem en una societat que les coses de la religió no tenen atractiu. la joventut té un altre llenguatge i cal tornar a les fonts, la redicalidad és un factor a tenir en compte.
ResponderEliminarLlástima que tu escrit no arribi a molts capellans i es plantegin aquesta realitat que espones. Calen laics compromesos i madurs a la nova evangelización.las petites comunitats són el futur, m'encanta el vostre carisma té un gran potencial per revifar les parròquies.
J. Segui
Palma
Me ha encantado el ejemplo de la (visión) el ejemplo que pones es enriquecedor... Yo tambien creo que la Iglesia tiene que cambiar volver a las fuentes y como dices una revolución en toda rela.
ResponderEliminarNosotros los laicos lo tenemos muy claro, pero te encuentras con curas que viven de recuerdos como dices y no se avanza.
Lo de la asamblea parroquial lo veo muy acertado ojalá los curas de parroquias lo vean con buenos ojos. Gracias por este escrito.
Maria García
Sa Cabeneta
Sóm un capellà de la part forana, i em sembla que els teus raonaments no semblen d'un laic sinó d'un religiós o prevere. La teva eclesiología, son al menys d'un laic molt madur i treballat al catecumenat en parròquies. Convindria que estiguessis o formessis part de la delegació de catequesi perque la teva visio és la realitat que hauríem de fer. Molts preveres ja som molt grans i ja no tenim les forces per emprendre aquesta revolució com dius, però te animem a seguir alçant la teva veu profètica per al bé de l'Església.
ResponderEliminarUn capellà amb esperança,
Un escrit revolucionari si senyor, però m'agrada a mi també i opino el mateix, això de fer deixebles és de molt importància. Es coneix que amb el capellà que teniu a la parròquia, jove i dinàmic, sembla que la vostra fraternitat té uns valors molt profunds, m'agrada molt la visió de parròquia que voleu proposar, ¿ho heu consensuat amb el Bisbe o delegat de pastoral? potser seria molt interessant que els capellans tinguin aquesta visió.
ResponderEliminarLa vostra fraternitat és un signe de que l'església va avançant, us animo a seguir la ruta que heu emprès i sobretot al vostre rector Mn Julio pel bon camí que seguiu.
Hauríeu de poder anar a més parròquies i explicar el vostre projecte i animar dins de les parròquies creant comunitats de base.
Seguiu caminant és un signe d'esperança.
Antoni Bauzá
Un escrit fantàstic, però volia fer una pregunta..¿el grup vostre té alguna cosa a veure amb els recessos d'Emaús? perquè a l'buscar Emaús Mallorca només esteu vosaltres ...
ResponderEliminarAine Ferragut
Calvià
Hola estoy buscando si en Ibiza existe alguna fraternidad de Emaús, yo camine en Barcelona y me gustaría unirme a un grupo
ResponderEliminarCarmen Blanco
Me encanta tu contenido
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