IGLESIA SINODAL

 

La Iglesia de Dios es convocada en Sínodo. El camino, cuyo título es “Por una Iglesia sinodal comunión, participación y misión, Una etapa fundamental será la celebración de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, en el mes de octubre del 2023, a la cual seguirá la fase de actuación. Con esta convocatoria, el Papa Francisco invita a toda la Iglesia a interrogarse sobre un tema decisivo para su vida y su misión: “Precisamente el camino de la sinodalidad es el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio”. Este itinerario, que se sitúa en la línea del -aggiornamento- de la Iglesia propuesto por el Concilio Vaticano II, es un don y una tarea: caminando juntos, y juntos reflexionando sobre el camino recorrido, la Iglesia podrá aprender, a partir de lo que irá experimentando, cuáles son los procesos que pueden ayudarla a vivir la comunión, a realizar la participación y a abrirse a la misión. Nuestro “caminar juntos”, en efecto, es lo que mejor realiza y manifiesta la naturaleza de la Iglesia como Pueblo de Dios peregrino y misionero.

“Caminar juntos” que permite a la Iglesia anunciar el Evangelio, de acuerdo a la misión que le fue confiada; ¿y qué pasos el Espíritu nos invita a dar para crecer como Iglesia sinodal? Enfrentar juntos esta cuestión exige disponerse a la escucha del Espíritu Santo. Reconocer y apreciar la riqueza y la variedad de los dones y de los carismas que el Espíritu distribuye libremente, para el bien de la comunidad y en favor de toda la familia humana.  De una ‘Iglesia bautismal’. Yo creo que aquí se encuentra uno de los planteamientos más renovadores, podríamos decir incluso, más revolucionarios, del papa Francisco, porque… ¿nuestra Iglesia está pensada y organizada desde el sacramento del orden o desde el sacramento del bautismo?

¡Si está organizada desde el primer punto es lógico que este clericalizada ya que solo la voz del clérigo es escuchada, pero si es desde el bautismo aquí radica la cuestión! Todos somos voces en las Iglesia de Cristo. La Iglesia pasa a ser un consenso de voces donde la acción del Espíritu Santo se hace presente dentro de la comunidad eclesial.

En esta Iglesia todos somos responsables y enviados a evangelizar, siempre en comunión, en unidad en todos los estados eclesiales. La Iglesia siempre se ha visto piramidal, pero tendría que ser al revés, porque solo desde ahí podemos entender el ministerio del obispo o el del presbítero.  Por esto, en esta Iglesia, quienes ejercen la autoridad se llaman ministros, porque, según el significado originario de la palabra, son los más pequeños de todos, son los servidores de la comunidad. Pensando que hasta ahora el Pueblo de Dios es el más marginado, los que no tienen voz ni voto. Todo tiene que ser aprobado por el clérigo, este tiene la potestad de ejercer el poder dentro de su iglesia particular. La Iglesia sinodal, está equilibrando la bandeja de la justicia, dando a todos los bautizados el derecho y la obligación de mirar por el futuro de la misma Iglesia. De ahí, que ‘el santo Pueblo fiel de Dios’ no pueda quedar marginado a la hora de hablar, de opinar y de decidir.

hay dos obstáculos: por un lado, la falta de formación de muchos cristianos, y por otro el clericalismo que dificulta crear espacios donde se pueda hablar y decidir en común. Si hablamos de que la Iglesia se tiene que entender a sí misma desde la misión, ¿la misión del siglo XXI puede ser llevada adelante si no es gracias a que todo bautizado asume su propia responsabilidad? . Cuando oigo hablar así al papa, me pregunto si tenemos tanta confianza en el Espíritu Santo y en la fe del ‘santo pueblo fiel de Dios’. De ahí esa frase tan repetida de que “el obispo tiene que tener olor a oveja” por estar en el seno de su pueblo. Tanto el Obispo como el presbítero tienen que hacer “olor a oveja” y no solo a perfume varón Dandy, es desde el dialogo en la calle, en el bar, en la oficina, y no detrás de un despacho como el parecido que aquí “soy yo” el que manda. La comunidad parroquial o el consejo parroquial tiene que ser decisorio, no solo consultivo ya que de esta forma volvemos a caer en el clericalismo que tanto daño hace al Pueblo de Dios. Para que todos los bautizados nos sintamos Iglesia, tenemos que tener las mismas responsabilidades, respetando la vocación de cada uno. El papa apenas usa expresiones como Sumo Pontífice, Santo Padre… sino que él habla de sí mismo como obispo de Roma o como el que ejerce el ministerio petrino. El papa, sobre todo en sus últimas intervenciones, habla de su ministerio como un “ministerio diaconal”, es decir como un ministerio de servicio, como garantía de la libertad de todos y como testimonio de la fe común.

Hay que reconocer que es un “cambio de chip” muy sustancial. Por eso es lógico que suscite reticencias más o menos explícitas. Igual que el dicho: “el Papa está en Roma y yo estoy aquí” y por tanto actuó como si mi palabra, es palabra de la Iglesia. ¿Cuántas veces hemos oído decir a muchos clérigos…yo actuó en nombre de la Iglesia, o yo soy la iglesia? Y volvemos al clericalismo, porque se ha inculcado en los seminarios de que el cura es el amo de la parroquia, él hace y deshace a su gusto, el pueblo de Dios a obedecer como dogma de fe. Por un lado, hay que pasar de una ‘pastoral de planes’ a una ‘pastoral de actitudes’. Con los planes queremos ser muy de empresa, organizarlo todo…la burocracia ejercida sin caridad, todo según un mismo parecer y no consensuado por nadie más. Así no es la “visión que tiene el Papa Francisco, su visión es de abajo arriba y no de arriba abajo.  Comprendo que a algunos les puede parecer mi razonamiento como algo subversivo, pero estoy completamente de acuerdo con la visión del Papa.  Voto a favor de una Iglesia Sinodal.

Rafael Verger