Bautizados no convertidos ni evangelizados

 


No hace falta echar mano de encuestas o complejos estudios sociológicos, para valorar, en términos generales, el comportamiento religioso de los españoles. Se podría concluir, sin grandes equivocaciones, que la mayoría de ellos están bautizados (de pequeños), pero no están ni convertidos ni evangelizados. La coherencia entre fe y vida no es ni ha sido nunca el valor destacado de los españoles.

Es verdad, que la Iglesia admitió y recomienda el bautizo de los niños, la mayoría, pero esos mismos, en la vida adulta, se comportan como paganos sin evangelizar. ¿Qué ha pasado?

Nadie ignora y menos la Jerarquía, que, para no pocos, los sacramentos son meros actos sociales, (bodas, bautizos, funerales, comuniones.) He aquí un problema pastoral de 1ª magnitud y de difícil solución. ¿Qué cabría hacer al respecto?

Soy catequista de pre-bautismal, y me reúno con las familias que piden el sacramento para sus hijos, pero cada vez me doy cuenta de que muchos de los que vienen a pedir este sacramento lo hacen como un acto social, o porque siempre se ha hecho así, y otras razones más. La Iglesia exige unos requisitos; certificado de bautismo de los padrinos, mas el certificado de confirmación y haber hecho el cursillo prebautismal.

La mayoría de los padrinos NO tienen la confirmación hecha, y algunos ni el bautismo. Yo pregunto a quién proceda, ¿Qué estamos haciendo con el más importante de los sacramentos? Luego si les pides estos requisitos y no los tienen, lógicamente se enfadan y se buscan otra parroquia que el párroco sea más tolerante, y con tal de bautizar basta con la intención. Si no hay tal compromiso, ¿qué amor mutuo estoy anunciando, que estoy haciendo evangelizar o Sacramentos a la carta?

El anuncio más poderoso es la propia vida transformada; desde allí, la catequesis se torna creíble. Ser cristiano implica una serie de cosas muy concretas y específicas que la mayoría de los bautizados ni siquiera conoce o práctica. Es urgente recristianizar a tantos "cristianos hereditarios" que carecen de una opción personal consciente por vivir radicalmente su fe. El bautismo es sólo el comienzo de un proceso de crecimiento en Cristo, hasta llegar a la madurez del hombre adulto en la fe y las virtudes del amor. Este proceso no puede darse por existente: una mirada realista debe mostrarnos el desamparo de muchos bautizados, hambrientos de la sabiduría de la Palabra, huérfanos de pastores y de hermanos, exigidos a vivir cristianamente ("cargando su cruz por el desierto") y a crecer en la santidad sin el apoyo del único ambiente (la comunidad cristiana viva) y sin experimentar el único poder (el Espíritu Santo) que hacen eso posible.

No nos interesa tener personas informadas sobre Cristo, con gran cultura religiosa. El objetivo es cambiar vidas según el plan de Dios, y nuestra enseñanza debe apuntar a la conversión y transformación profunda de los estilos de vida de las personas, según el modelo del Evangelio de Jesús. La mayoría de las celebraciones litúrgicas de nuestro Pueblo de Dios no son realmente celebraciones. ¡Qué contraste hay a veces entre lo que recitamos o cantamos con lo que expresan nuestros rostros y tonos de voz!

¿Hay futuro para la cristiandad o hay que volver a evangelizar?

Rafael Verger

 


Comentarios

  1. Lo que pasa es que empezamos una catequesis de iniciación cristiana de una manera infantil, no se predica el kerigma, y no se desarrolla el despertar a la fe inicialmente. ¿Es tarea de los padres los primeros educadores en la fe, pero si estos ni siquiera despertaron a la fe como van a ser sus educadores?
    La solución es que los mismos curas tengan catequistas bien formados, también una catequesis familiar reuniones con los padres pero que sean acogedoras y motivadoras, no solo doctrinales, ¿seguro que me entiendes?
    Muchas familias ven la iniciación únicamente como preparar la recepción de los sacramentos, con poca conciencia de compromiso, sin coherencia de vida, una vez que recibido el sacramento abandonan la iglesia y solo asisten en casos puntuales. Frente este panorama si los mismos Obispos, curas y laicos si no se plantea seriamente una renovación no hacemos nada.
    Miguel Ángel Pascual
    Alicante

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  2. Per casualitat, sent amics del Facebook vull expressar opinió sobre el tema que ens ocupa. Sóc una mare de família ia més catequista des de fa uns quants anys, l'interès que ha despertat en mi aquest article és molt profund i meditatiu.
    Aquest problema que planteges és commovedor i cert, molts catequistes ens trobem amb aquesta situació. Alguns vénen d'una formació més teològica, però d'altres molt rudimentària amb oracions, cants i poca cosa més. Moltes vegades el reciclatge o formació és absent per part dels capellans i no és que no vulguin, sinó que estan molt ocupats. Manca una pedagogia i metodologia seriosa i progressiva, no n'hi ha prou que et donin un llibre i que segueixis les indicacions, cal la formació conjunta dels mateixos catequistes.
    Però com bé dius, comencem a fallar des del principi i no per mala voluntat sinó perquè no hi ha més llums. Jo exigiria als capellans criteris comuns i més unitat a les parròquies, i que no s'ofereixi com ara una catequesi sense cafeïna, estic d'acord amb tu.
    Maria de Lluc Bibiloni
    Palma

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  3. Muy interesante este artículo, ya paso la época en que toda la sociedad era mayoritariamente católica tanto en sus individuos como en sus instituciones; la desproporción entre el número de bautizados y el número de conversos seguramente es enorme, Antes antiguamente en la iglesia primitiva se bautizaba a los convertidos, ahora se intenta convertir a los bautizados.
    De hecho, tenemos más personas bautizadas y personas que han hecho la primera comunión y viven alejados de la Iglesia y ni conocen a Jesús, viven como verdaderos paganos. Los bautizados necesitamos más formación y se nos puede aplicar la expresión de la carta a los hebreos 5-12; Necesitan que se les vuelva a enseñar los primeros pasos de la fe.
    En contraste tenemos una pastoral de mantenimiento la imagen del grano de trigo que muere y así da muchos frutos, en el orden personal, hay que nacer de nuevo del agua y del espíritu y en el orden eclesial habrá que morir a ciertas formas históricas como el clericalismo, sacra mentalismo, autoritarismo, centralismos y todo tipo de estructura que no genere vida y fraternidad en el espíritu. Me atrevería a decir que el primer anuncio (Kerigma) es el eslabón perdido.
    P, Ricardo Orellana OFM

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  4. Para llevar a cabo la tarea evangelizadora en los diferentes campos de misión, es necesario que la Iglesia cuente con el compromiso de laicos, discípulos misioneros, con formación.
    Pero, para ello, es necesario erradicar el clericalismo: "Si no te lavo, no tienes parte conmigo", ya advirtió Jesús a Pedro.
    Los laicos necesitan el clero, siendo el ministerio sacerdotal centro de los demás ministerios; pero el clero también necesita estar en comunión con laicos misioneros para poder ejercer la tarea evangelizadora, que nos compete a todos, como vocación misma de la Iglesia.
    Por otra parte, las personas o/y familiares que han recibido un sacramento de iniciación debieran encontrar una comunidad parroquial en la cual poder integrarse, caminar juntos y madurar en el proceso de fe.

    M. Bauzá

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