¿Qué ESTA PASANDO CON LA VIDA RELIGIOSA en Mallorca y resto de España?

 


Parece que somos alarmistas y a veces con razón, solo vemos que se cierran conventos, falta de vocaciones, ¡la radiografía de la vida religiosa no puede ser más que alarmante!

Una radiografía es difícil de descifrar para la gente corriente, y más si no eres una persona con estudios médicos para ver donde otros no ven. A mi modo de ver es lo que ocurre con la “vida consagrada en el mundo de hoy” vemos sin ver. Para algunos “ojos” solo ven la historia de ese carisma, pero que parece ya caducada, algo de un pasado remoto y que tiende a su fin.

Otras realidades existen que evolucionan para transformar su carisma y darles vida y futuro, como las religiosas de Lerma, Iesu comunio y otras más. En el viejo continente parece que cada vez es una muerte anunciada, con algunas excepciones. Para dar futuro a algunas congregaciones tenemos que echar mano de vocaciones venidas del nuevo mundo, otros continentes y así seguiremos algunos años más. ¿Es esta la solución para la vida consagrada en España?

Se buscan nuevas formas de vida consagrada pero algunas dan miedo, porque no aceptamos de ver con esperanza, y es que cuando salimos de la visión que siempre se ha tenido da pavor afrontar nuevas líneas y visiones.

Estamos conjurados para que el idioma de la muerte no nos venza, pero, en la letra pequeña –la que nunca se lee en los contratos– que es la vida privada de no pocos, está rotulada la palabra muerte. Contemplamos la radiografía sin ninguna visión de futuro, sin espíritu, seguimos cerrando o fusionando carismas religiosos que antaño fueron un ramillete florido y ahora va en decadencia cada vez más.

¡Decimos con la boca ancha ‘Hay que volver a las fuentes! A la visión de los fundadores, pronto se experimenta un vértigo, miedo vital para no perder el estatus que se lleva, una vida regalada como decía la santa de Ávila. Más o menos en diferentes épocas, pero vivimos un relajamiento casi total de la vida de austeridad inculcada por los fundadores de vida consagrada. Los mismos religiosos y religiosas se sienten incomodos, pero nadie protesta, no se genera un cambio radical, se agotan estilos ya caducados, formas de vida sin vida, una espera sin esperanza, en definitiva, es un anti-signo, a pocas vocaciones les atrae este estilo de vida, algunos dicen; se puede hacer más fuera que dentro” y parece que tienen razón, porque hay formas de vida que amenazan la muerte.

Se quiere dar una forma tan laica, que incluso se ha olvidado el hábito telar, como signo de entrega a Dios. Pero claro eso no importa lo principal es ser moderno/a.  ¿mira por dónde, los que tienen más vocaciones son las congregaciones que usan el hábito? ¿Por qué será?

Volvamos a la radiografía, en muchos conventos se vive de maravilla, muchos con trabajadores ajenos a la vida conventual, cocineras, limpiadoras, etc. Y todas las comodidades en superior calidad de vida que los demás mortales. ¿Qué raro que no haya más vocaciones a una vida tan regalada, ¿verdad? Algo no acaba de encajar.

Cuando se olvida el carisma de los fundadores/as se va marchitando la vocación a la vida consagrada, Gracias a Dios que vuelven a resurgir viejas formas de vida, “Vírgenes consagradas o viudas” formas de vida tan viejas como nuevas en el siglo XXI, vida laical consagrada, vocaciones laicales, etc. Todas con una visión nueva, la visión desde Jesús y sus discípulos, se parece mucho a aquellos primeros años de caminos y encuentros; de campos, espigas, es el mundo de los cojos, los marginados, los diferentes, los ciegos, las prostitutas y los humildes.

Es el tiempo de la mesa compartida, la fraternidad y el pan repartido que sabe mejor y recrea humanidad. Es la vida consagrada que se embelesa con la Palabra porque le dedica tiempo, la vive y la celebra. Es la vida consagrada de la calle que no se calla ni esconde. El de los consagrados que no tienen que recurrir constantemente al pasado para salvar el presente. El de miles de mujeres y hombres que creen en este tiempo y esta humanidad.

El de quienes están dispuestos a vivir lo mismo que sus contemporáneos sin ningún tipo de privilegio ni separación. El de los que son donación, amor y gratuidad… El de los que tienen 24 horas al día para Dios y pocos minutos para pensar en sí. El de mujeres y hombres libres que, de verdad, abren puertas, celebran el encuentro y comparten todo… sin guardarse o esperar para el siguiente trienio, sexenio o capítulo. Son hombres y mujeres que saben lo que es vivir al día. Por eso para ellos y ellas las palabras valen y los gestos importan.

 

No se sienten ni identificados ni representados en los discursos engordados y vacíos… Es una vida consagrada auténticamente sinodal, camina con todos, incluso con los que no creen en la escucha, y su pretensión no es quítate tú laico, para ponerme yo, un religioso. Incluso hay demasiado clericalismo en la vida religiosa.

La vida religiosa tiene que volver al frescor del primer amor, volver a Cristo. La vida religiosa del siglo XXI es, un conjunto de hombres y mujeres que representan el brillo del seguimiento de Jesús sin compensaciones. Sonríen y lloran con lo que da alegría y llanto al pueblo. Son los hombres y mujeres que hacen real el tránsito hacia otra vida consagrada. Mucho más pequeña y pobre; más humana y frágil; menos encorsetada y esclava. Están diciendo, sin hacer ruido, que se abren caminos inmensos para vivir, sin glosa, la alegría del evangelio.

Estoy seguro de que, jóvenes de este tiempo, sin historia ni proceso, pero con pasión por Cristo y la humanidad, porque descubren en ellos y ellas que tienen vida y no que saben discursos, viven los consejos evangélicos a la manera de Cristo, sin glosa. Donde la llamada es lo que cuenta, y la ilusión por seguir de cerca a Jesús en los hermanos de este siglo.

Acudamos a la Madre de Dios que como en las bodas de Caná, le dijo a Jesús, “no tienen vino” y El volvió a llenar los odres con la fuerza de su Espíritu, ¿eres vino nuevo?

Rafael Verger FdJ


Comentarios

  1. Un extraordinari article és una tristesa que sigui la pura realitat, tant de bo aquests odres nous que parles siguin una nova visió de la vida religiosa.
    És trist però és cert, molts religiosos i religioses estem a punt de no saber què fer, no tenim vocacions ni s'esperen.
    Una religiosa

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    1. Si quieres que hayan más religiosos , religiosas y sacerdotes, hay que orar y pedir al dueño de la mis, que mande más operarios.

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  2. No tengan miedo de ir a las calles y a los lugares públicos, como los primeros Apóstoles quien predicaron Cristo y la Buena Nueva de la salvación en las plazas de ciudades, pueblos y barrios. No es tiempo para avergonzarse del evangelio. Es la hora para predicarlo desde los techos. No tengan miedo de salir de los modos de vivir cómodos y rutinas, a fin de desempeñarse a hacer conocido a Cristo en las ciudades. Son ustedes que deben ir a las periferias e invitar a todos al banquete que Dios ha preparado por su pueblo. El evangelio no se puede quedar escondido por miedo ni por indiferencia. Hay que ponerlo en un portalámparas para que la gente pueda ver su luz y dar alabanzas al Padre Celestial.”



    - San Juan Pablo II, Jornada Mundial de la Juventud, 1993
    La regla y vida de los hermanos es ésta: vivir el santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo viviendo en obediencia, sin nada propio y en castidad.”
    - San Francisco de Asís,

    Franciscanos de la Renovación
    Bendiciones

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  3. Sempre s'ha sentit dir que els Bisbes viuen com a Principes i els capellans com a Reis, casa gratis, despeses gratis, i les seves paguetas extres, quin espanyol pot portar aquest tren de vida? El que és estrany és que no estiguin plens els convents de gent parasita que amb l'excusa de la religió viuen com a reis i reines en el cas de les monges.
    Aquestes darreres tenen cases enormes que han aconseguit a base de donacions i herències de beneficiència i els tanquen o venen per muntar hotels de luxe. On és la pobresa o la caritat?
    Un catòlic enfadat

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  4. Un cop oberta la caixa de pandora t'he de dir que tens una visió de la realitat molt certa. com a sacerdot tinc contactes amb cases religioses i falten vocacions. amb quin esperit poden oferir una vida de pobresa, d'austeritat?
    I pel que fa als capellans hem d'estar més pendents en les reformes dels temples i d'altres que semblem més paletes que pastors.
    Moltes vegades la realitat religiosa està molt lluny dels carismes dels fundadors. Cada cop som més vells i pocs reemplaçaments, arribo l'hora de fer-nos una bona reflexió molt seriosa.
    Un capella de poble

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  5. Aquest escrit fa foc! Poques vegades s'ha escrit una cosa tan real a la vida religiosa, després del Vaticà II els religiosos comencem a treure's els hàbits, per ser com els altres, però no havíem caigut que no som com els altres, som persones consagrades i precisament l'hàbit n'és un testimoni. Si per casualitat et poses l'hàbit ets mal vist pels propis de la teva comunitat, potser estem avergonyits de portar l'hàbit?
    Potser la nostra manera de viure la vida religiosa té molt a desitjar.

    Un fraret caputxi

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  6. Quiero expresar que en algunas cosas estoy de acuerdo contigo, pero también quiero decir que gracias a Dios he tenido la suerte de conocer religiosas santas, entregadas a Dios y muy sacrificadas. He conocido monjas de clausura sobre todo de santa Clara, y me impresiono el cariño que se tienen entre ellas, las monjas de clausura son verdaderamente unas santas.
    Fca Bennasar
    Palma

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  7. La vida religiosa clerical con la buena voluntad de suplir la escasez de clero y apoyar a la Iglesia diocesana, asume parroquias, con el riesgo de que lo carismático quede un tanto marginado y tender a una parroquialización de la vida religiosa. ¿Dónde queda su profetismo carismático si al final todos acaban siendo párrocos? , podemos preguntarnos si no estamos también ante un momento en el que el Espíritu nos cierra algunas puertas pero nos abre otras.
    Muchas instituciones religiosas están más preocupadas por reabrir las puertas que se cierran que en buscar las nuevas puertas que se abren. Y muchas veces las jóvenes vocaciones son destinadas a emplear toda su energía en reabrir o mantener abiertas las puertas que ya se están cerrando, en lugar de aprovechar su imaginación y creatividad para buscar nuevas puertas.
    Los orígenes de toda fundación de una nueva comunidad religiosa son pobres, pequeños, débiles, pocos, desconocidos que se autodenominan pequeños: hermanos menores, mínimos, mínima compañía, hermanitos y hermanitas, pequeños hermanos y hermanas, etc. Con los años, esta pequeñez se ha convertido muchas veces en grandeza y ostentación. Hacemos la opción por los pobres, pero ya no somos pobres. Hoy las circunstancias nos devuelven a la minoridad de los orígenes: somos pocos, débiles y pobres, no tenemos el futuro asegurado, como tampoco lo tienen los pobres. No podemos ofrecer a las jóvenes vocaciones una seguridad y una garantía plena. Les podemos ofrecer una gran aventura evangélica, abierta al futuro y al viento del Espíritu.
    Hermano Pedro
    Iesus caritas

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