¿Cambio yo o cambio a la Iglesia? ¿Está anticuada? ¿No se adapta a los tiempos que vivimos?

Tiene que cambiar la Iglesia?

¿Cambio yo o cambio a la Iglesia? ¿Está anticuada?  ¿No se adapta a los tiempos que vivimos?


Algunas personas parece que en algún momento de su vida se encuentran ante una encrucijada: cambiar ellos para adecuar su comportamiento a la ley de Dios o cambiar la ley de Dios para que coincida con su comportamiento. Algunos se deciden por la segunda opción y concluyen que la Iglesia debe cambiar sus enseñanzas… e incluso hasta exigen que lo haga…

La Iglesia existe para mostrar a los hombres el camino de salvación que su Fundador le ha señalado.

Es por esto que habría que recomendarles a quienes tienen este planteamiento  que no sean ingenuos: la Iglesia no cambiará en lo esencial. Esto es un hecho: no esperes un imposible. La Iglesia no cambiará porque no puede hacerlo. Aunque quisiera cambiar no podría… porque su Fundador no la dejaría. Cambiar supondría su fin: dejar de ser la Iglesia de Jesucristo para ser una iglesia de hombres (hecha por hombres a la medida y gusto de los hombres), perdería la trascendencia de la eternidad para adquirir la caducidad de las modas siempre sujetas a los vaivenes del capricho.

Ejemplos de realidades de institución divina: Eucaristía, Bautismo, Penitencia, Matrimonio, Sacerdocio.
 Puede cambiar la sede del Papa,  pero  seguiría siendo el sucesor de Pedro.  El Magisterio de la Iglesia tiene la misión de enseñar lo que Dios ha revelado. No es un poder sobre la revelación, de manera que podría hacer lo que quisiera con ella. Es todo lo contrario: está a su servicio. No tiene ningún poder sobre ella: sólo la sirve interpretándola. La infalibilidad es custodia. Algunos piensan que da al Papa el poder de hacer o decir cualquier cosa… cuando en realidad es más bien lo contrario. El Papa no tiene autoridad sobre la Palabra de Dios: está a su servicio, no puede cambiar lo que enseñó Cristo: está para custodiarlo. Sólo Jesucristo podría cambiar lo que pertenece esencialmente a lo necesario para salvarse, es decir, a la revelación.

¿Por qué no puede cambiar?

Hay un punto esencial: la Iglesia no puede cambiar porque, si lo hiciera, ya no sería la misma. Jesucristo prometió su permanencia para siempre ("las puertas del infierno no prevalecerán…", "yo estaré con vosotros hasta el fin del mundo"). Esto incluye la identidad con sí misma: si cambia ya no es la misma: la Iglesia fundada por Jesucristo. Significaría el fin de una y el comienzo de otra distinta.
Lo que hace a mi identidad no lo puedo cambiar si quiero seguir siendo yo mismo. Hay cosas que pueden cambiar y sigo siendo yo mismo: he crecido y sigo siendo el mismo, el color de pelo, puedo perder un brazo… Pero hay que no pueden cambiar sin cambiarme a mí mismo. Este ejemplo personal es complejo ya que es imposible cambiar mi identidad (tendría que cambiar mi conciencia, el ADN…).
La Iglesia no está a merced de las modas porque no se "juega" en lo provisorio, opinable, lo temporal: sólo en lo fundamental: y eso no cambia: sigue fielmente lo que señaló su Fundador.

Esa seguridad presuntuosa con la que algunos dicen: "ya vas a ver… la Iglesia acabará aceptando…" da un poco de risa. Y normalmente es una justificación de la propia conducta.es una manera elegante de decir: "la Iglesia está equivocada cuando censura este tipo de vida que yo llevo… Yo no hago nada malo, la Iglesia es caprichosa y por eso dice que eso que yo hago es pecado y lo prohibe. Pero ya vas a ver… como acaba dándome la razón". Y se lo acompaña con un «te lo digo yo…

Jesucristo no negoció su doctrina. Es increíble cómo no hace el menor intento de detener a los que lo abandonan por no aceptar su enseñanza sobre la Eucaristía (cfr. Jn 6,59-69). La verdad no es resultado de consensos.

Conviene no olvidar que en el cristianismo la obediencia es vital: Rom 5,19-20.

Por otro lado, el mismo Señor advierte que vendrán falsos profetas que pretenderán cambiar la doctrina. San Pablo escribe a los fieles que incluso si viniera un ángel predicando un evangelio distinto del que él predicó, no lo acepten. Gal 1,8-9 No pretendas cambiar la Iglesia para que esté de acuerdo a tus gustos
                                            
Indudablemente la vida cristiana es exigente. Ese es precisamente su atractivo y su desafío. Aguarla para hacerla más fácil, la destruiría. Podemos fallar, equivocarnos, caer… la solución no es cambiar la ley de Dios, sino acogernos a su misericordia. Nos perdona y está dispuesto a ayudarnos a ser mejores.

La Iglesia ha sido perseguida de muchas maneras a lo largo de la historia. En los primeros siglos fue considerada como un grupo subversivo, una secta que ponía en peligro el orden social, enemiga del culto público y de los valores del imperio romano. Hubo incluso quienes inventaron calumnias y difamaciones para asustar a la gente; en ellas presentaban a los cristianos como pervertidos y criminales, capaces de todo tipo de atrocidades.

Al final, uno llega a pensar que sería capaz de mejorar la Iglesia. Cree que ya sabe más que el Papa y los obispos"

Se trata de un peligro real: pensar que uno es cristiano porque fue bautizado, porque recibió algunas charlas de doctrina, porque se educó en una escuela católica, porque hizo la primera comunión, tal vez porque también se confirmó.

Al final, muchos viven según un coctel confuso de ideas movedizas. Más o menos se acepta la Trinidad, pero Cristo es visto en algunos casos simplemente como un gran hombre, o incluso como un extraterrestre. Muchos no tienen claro si resucitó de veras, si fundó la Iglesia. Más o menos se recuerdan los mandamientos, pero se dejan de lado a la hora de controlar la propia sensualidad y soberbia, o cuando hay que vivir la justicia social y el respeto a la fama del próximo. Más o menos se sabe que existe la misa dominical y el sacramento de la confesión, pero quedan reservados para ocasiones especiales: el día de bodas, el bautizo de los hijos o de un sobrino. No es raro encontrar a alguno que sólo se confiese en el funeral de sus familiares para, al menos, hacer la comunión ese día...

Las dudas de moda entran y ocupan un lugar importante en el propio corazón. Se empieza a atacar al Papa y a los obispos por las “riquezas” de la Iglesia, por la falta de adaptación a los tiempos modernos, por el preocuparse tanto de la moral privada y poco de la justicia social. Se dice que haría falta dejar el celibato y permitir el sacerdocio femenino. Se defiende la libertad de opinión respecto a los dogmas para dejar de lado “ideas medievales” como las que hablan del demonio o del infierno.

Al final, uno llega a pensar que sería capaz de mejorar la Iglesia. Cree que ya sabe más que el Papa y los obispos. Estaría incluso dispuesto a darles consejos y a dirigir sus pasos para una “buena” modernización de la Iglesia, más tolerante, más adaptada a los tiempos que corren, más comprensible para la gente, más benigna con los pecadores (si es que todavía se acepta que existe algo que se llama “pecado”.

Que la Iglesia tiene que cambiar nadie lo duda. Lo que hay que matizar y bien matizado son los cambios que se deben hacer. Cada cambio debe ir acompañado de dosis lo suficientemente importantes de Evangelio, de sentido común y de amor

¿Por qué no cambias tú?

Cuando la gente alejada nos dice que la Iglesia tiene que cambiar, lo primero que hago es ver la sociedad actual en la que vivimos  y me encuentro lo siguiente: Drogas Corrupción política  Estafas  Asesinatos
Padres que matan a sus hijos  Hijos que matan a sus padres  Violaciones
Prostitución  Tráfico de órganos  Tráfico de armas  Tráfico de niños y niñas
Alcohol  Sida  Corruptelas de todo tipo  Difamación  Traición. Depresiones
Graves atentados a la naturaleza  Explotación sexual de la mujer
Asesinatos de mujeres a mano de "compañeros sentimentales" y esposos
Contaminación ambiental  Destrucción de material histórico  Esclavitud
Acoso sexual  Paro ,  Explotación de los trabajadores, ,Aborto, cumplimiento de todos los derechos humanos  Derroche de dinero público
Pobreza,  Marginación,  Partidos políticos corruptos,  Sindicatos ideológicamente dirigidos,  Apoyo a los que mantienen las injusticias sociales Silencio cómplice,  Miedo,  Traumas de todo tipo,  Suicidios, Guerras,  Violencia infantil y juvenil , Sectas,  Narcóticos de todo tipo
Violencia en las aulas,  Hijos abandonados por los padres, Divorcios
Niños recién nacidos tirados a la basura,  Tortura,  Falta de libertad social y política,  Promiscuidad sexual , Infidelidades,  Conductas desviadas de todo tipo,  Accidentes de tráfico,  Explotación laboral infantil  Incultura
Analfabetismo,  Abandono de los más débiles,  Desprecio,  Emigración
Xenofobia,  Racismo,  Intolerancia , Persecución religiosa y política
Ejecuciones militares,  Amenazas , Falta de sentido común , Distribución injusta de las riquezas,  Infelicidad de todo tipo,  Desamor,  Marginación de la mujer,   Abandono de los enfermos crónicos,  etc. etc. etc. Pero ellos sólo dicen que “La Iglesia tiene que cambiar…”?

Lo primero que tenemos que cambiar somos nosotros los “humanos” y la injusta sociedad que hemos creado, pero claro es mejor decir…”que cambie la “Iglesia” ya que esta es la voz de las conciencias y molesta.  Esta es la “voz  de la moral natural” que nos hace distinguir lo bueno de lo malo, pero repito molesta.

La Iglesia tiene que oír la voz de Dios, escuchar con caridad y prudencia al pueblo de Dios  que camina en el tiempo, pero tiene que prevalecer el sentido común, querer invertir el Orden estableció por la Ley natural, no supone un cambio coherente sino más bien una confusión.

La Iglesia tiene que cambiar, Si. Pero la humanidad también…


R. Verger

Comentarios

  1. Saludos!me ha parecido muy interesante tu articulo,no se si leeras esto pero sia lguna vez lo lees me encantaría tener una conversación contigo por chat,un saludo!

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    1. Hola amigo Aion, con mucho gusto si quieres podemos charlar del tema, si me das tu email o me puedes escribir al mio así tendremos un posible contacto y si en algo puedo ayudarte para mi será un placer. R. Verger

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    2. Saludos Verger,ya he terminado de estudios,me das tu correo para que te pueda enviar un mail y podamos hablar.

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    3. Por cierto como preferirias hablar por skype por gmail o por otro medio?

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  2. Hola amigo, por mi será un placer comentar contigo el articulo, si quieres puedes escribirme al email arriba indicado, Espero tus noticias, Un saludo Paz y bien

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  3. Ahora estoy con estudios pero en cuanto pueda hablamos!

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