EN UNA TARDE CUALQUIERA - ORACIÓN CONTEMPLATIVA


En una tarde cualquiera
 Julio 2019.


¿Qué es orar o entrar en comunión?
Orar no es hablar con Dios, sino construir una relación con él. Ni hablar a Dios, lo que frecuentemente hacemos los humanos, solo pedimos, mendigamos, y por esta razón pedimos mal.
Orar es entrar en una relación amorosa y amarlo tal cual Es. Porque el mayor anhelo de Dios es que el corazón del hombre le busque y le ame por ser quien Es.
En cualquier relación hay dos personajes; Uno es el que habla, y otro es el que escucha. Pero si solo hablamos nosotros no puede haber un dialogo con el que escucha, porque no le damos oportunidad a que él pueda intervenir, solo somos discos rayados que siempre decimos lo mismo, una y otra vez.
No se trata de decir; Dios mío, escucha lo que te voy a decir. Y en este tiempo solo existe mi elocución. Y salimos tan panchos porque hemos hablado con Dios, y no nos hemos parado a escucharlo a Él. Que tristeza cuando solo habla uno, y no se escucha al otro. Qué difícil es entrar en relación con Dios cuando hablamos demasiado,  y no sabemos escuchar!
Por eso es muy difícil entrar en la relación amorosa que el Padre desea con la criatura. El Padre anhela esta relación amorosa con su hijo. El Hijo,  nos ha mostrado el camino y nos ha enseñado como andar en ese camino,  y el espíritu Santo viene en nuestra ayuda para dirigirnos al Padre. Nuestra oración es Trinitaria, es bajo la acción voluntaria por nuestra parte de ir al encuentro del Amor, una oración contemplativa, donde el alma entra en el descanso de su Amado.
Dios quiere comunicarse, busca el alma para saciarla y llenarla por completo. En esta relación es para que descubras como Él te ama. Donde el Omnipotente se hace presente, Dios que habita en lo alto, rodeado de querubines y espíritus de luz. Donde la inmensidad de su Gracia lo renueva todo y lo hace todo nuevo.
Dios es el Adonay, el Amor puro y sublime que quiere darse a sus hijos coherederos en el Cristo Viviente. El Padre y el Hijo, presentes en Uno. El espíritu vivificador, fuente de Vida Eterna. Los tres siendo Uno, se enamoraron de su criatura. Como Miguel Ángel, con su David.
Es tan sublime el gozo que siente el Creador con su criatura, que es un morir en el mar de su Amor.
Por eso alma mía, cuando quieras “entrar en oración” entra en la oración trinitaria, pide al espíritu santo te lleve bajo sus alas. Deja que sea Él quien conduzca tu corazón, y allí dentro de ti, en lo más hondo de ti mismo, habla de amor al que es el Amor verdadero.
Deja que sea el mismo espíritu que habita en ti.  ¿No sabes que eres templo del espíritu santo? El mismo Espíritu llama a tú espíritu para ser conducido al mismo regazo del Corazón de Dios.
Porque solo en amor se complace el alma, fluidos celestiales, abrazos eternos, ángeles, dominaciones, potestades, y toda la corte celestial,  se alegran en ese júbilo y alabanza en unión con tú alma pobre,  pero grande a la vez.
Entonces en ese estado, háblale y pide lo que quieras. Pero deja que Él pueda responderte, ESCÚCHALE! Dios nos habla en el silencio!
Acalla en ti todo susurro, toda palabrería vana. Deja que Dios sea Dios. Y cuando consigas silenciar tu mente, tú cuerpo, y tú espíritu, entonces estarás preparado para escuchar la Voz de tú Amado.
Dios no habla a un corazón agitado, perturbado, a pesar de que a Él nada se le escapa de ti. El conoce todos tus movimientos, tus anhelos, tus pecados, él sabe cada cosa en su momento. Nada le es ajeno, todo es natural porque él está presente en toda tú naturaleza. Él moldeo tu forma y tu ser, tu capacidad y tú similitud,  Él es el todo en ti. Por amor fuiste creado y por Amor fuiste redimido. Y a qué precio!
Si por el pecado fuiste hallado culpable, por el amor fuiste absuelto, ósea alma mía que grande eres a los ojos de Dios. Envidia por llamarlo así sería, para los mortales.  Gozo y alegría para los vivientes,  pues en dichas moradas,  solo los vivientes son los que moran en tan altos lugares.
Deja alma mía que el querubín te sellare, en tal alto vuelo. Déjate moldear a su antojo, pues de Él ha recibido la orden de dejarte en él inflamada. Infla-amada, deja que sea el fuego del espíritu el que consuma y despose tu alma en ti regalada, deja, que el amor fluya como ríos de agua viva que de su fuente son surcados.
Y si en este estado tú alma llegare,  goza alma mía, pues a buen puerto eres llevado. En esta travesía tu eres el marinero, fíate del capitán y tan solo dile así; Dios mío,  yo confío en ti!

R. V.
En una tarde cualquiera del mes de Julio 2019.



Comentarios

  1. Que cosa tan bonita es la oración-contemplativa. Gracias por compartir
    María
    Toledo

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