ESTAMOS LLAMADOS A LA UNIDAD.
ESTAMOS LLAMADOS A LA UNIDAD.
“Padre, no sólo te pido por mis discípulos, sino también por
los que van a creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno,
como tú, Padre, en mí y yo en ti somos uno, a fin de que sean uno en nosotros y
el mundo crea que tú me has enviado”. Juan (17, 20-26)
El gran teólogo jesuita "Karl Rahner a quien se
atribuyen aquello de que “el cristiano del futuro será místico o no será”,
si bien, no vale cualquier espiritualidad. “La Espiritualidad cristiana
verdadera es aquella que en la práctica hace santos y santas a quienes la siguen”.
Se trata de vivir una moral abierta, que va más allá de la ley
de la que nos liberó Cristo y de toda
moral cerrada por encima del Espíritu, del amor y de la libertad, ya sea la de la
lista de pecados, en número y especie, o la moral imprecisa o genérica de
actitudes, “aunque nuestra conciencia nos reproche algo...'Dios
es más grande que nuestra conciencia y conoce todas las cosas” se ha de superar
cualquier sistema de seguridad, la autojustificación, la normativa, con el amor
como principal criterio y en proceso.
Los seres humanos somos relación, tal como lo es Él mismo en
su misterio trinitario, o, dicho en otras palabras, ante cualquier persona
tendríamos que repreguntarnos como se comportaría Dios con ella, y esforzarnos
en hacer lo mismo, es decir, buscar a Dios mismo en la otra persona y
contemplarla desde los ojos de Dios, entonces nuestra mirada sería totalmente
Trinitaria.
El punto de vista, a la hora de juzgar moralmente al prójimo,
cambiaría radicalmente si sentimos de verdad que ese prójimo es mi madre,
padre, hermano o el amigo que más queremos a eso se le llama empatía espiritual.
No se pretende así ocultar los errores o
faltas cometidas sino liberarle con el amor que no condena, tal como esta
escrito en el evangelio con la mujer adultera.
Dios nace en Jesús en los márgenes, se encarna en la pobreza
los signos que anuncia son para los excluidos de la sociedad, pero el amor de
Dios los incluye a todos los marginados sin hacer diferencias de un estado a
otro, todos son hijos en el Hijo Amado de Dios.
El modelo para seguir son los años de vida oculta de Jesús en
Nazaret, vida en familia, de formación y trabajo. Es la presencia silenciosa,
pero fecunda como la vivió Carlos de Foucauld y sus seguidores. así, los
llamados consejos evangélicos de la vida religiosa son encarnables dentro del
mundo, si bien de otro modo, ya que la vocación a la perfección, a la santidad
como lo expreso ya en el Concilio Vaticano II “Todo fiel cristiano, debido a su
bautismo puede llegar a la santidad”. “Hemos sido creados por amor, pero
elegidos para amar”. Este es el gran secreto de la santidad. Una vida cristiana
en plenitud solo se puede dar dentro de la Iglesia Católica, porque ella es
Madre, Santa y pecadora y a la vez sacramento de Salvación donde Cristo es el
único mediador ante Dios Padre, que sigue presente en el mundo y en la historia
hasta la Parusía.
Sin embargo, solo en la iglesia podemos recibir directamente
el alimento espiritual de la Palabra de Dios y de los sacramentos, en
particular la Eucaristía como también la oración y la lectio divina, no tenemos
que olvidar que el cristianismo no consiste ni en oración, ni en acción, ni en
pasión, sino en “el amor de fe” la iglesia es sacramento de Cristo.
Cuando Jesús eligió a
sus discípulos no pensó en hacer un grupo imitador de los comportamientos establecidos;
se dedicó por completo a formar una comunidad que fuera capaz, no de competir,
sino de presentarse como alternativa ante el proyecto del mundo: ante el
servilismo, servicio; contra el odio, amor; ante el egoísmo, la entrega de la
vida; contra la marginación, la inclusión desde el amor; ante el culto viciado
por intereses, el culto en Verdad. No era suficiente con que el grupo fuera un
espacio donde se encontraran dignamente las personas, sino que debería
construirse la nueva familia de los hijos de Dios. De ahí que Jesús y sus
primeros discípulos fueron determinantes ante el grupo familiar.
La visión de Jesús es Trinitaria, porque ya en el seno del
Padre se vive y se ama en familia, la iglesia es una familia, todos estamos
llamados a ¡ser familia de Dios! La Iglesia vive ya un presente, porque Dios es
el Eterno Presente, en él, no hay espacio ni tiempo el Padre es el “hoy” vivo y
verdadero.
En familia se comparte la mesa, todos estamos incluidos no
hay discriminaciones porque el amor nos unifica y nos santifica. Es una mesa
compartida, es la mesa del pan caliente y el agua fresca que se comparte.
“El Señor designó a otros setenta y dos y los envió por
delante, de dos en dos, a todas las ciudades y sitios adonde él había de ir” Lc
10-1
El Señor nos envía a hacer discípulos que amen y sigan sus
enseñanzas, porque Él nos precede.
“Tengo otras ovejas que no son de este redil; a ésas también
me es necesario traerlas, y oirán mi voz, y serán un rebaño con un solo
pastor”. Lc 10-16.
Rafael Verger
Un buen comentario pero difícil de solucionar, ¿Por qué cual es la Iglesia verdadera? si el ecumenismos es la unidad de las iglesias, a cual debemos de seguir si todas tienen a Dios como Padre?
ResponderEliminary no me refiero a las que tienen "sucesión apostólica, sino a todas las demás que han surgido de ellas.
Lo veo muy difícil pues cada una quiere tener su razón y a cual seguir....
Pablo de Tarso
Madrid