HACIA UNA NUEVA EVANGELIZACIÓN. Por Rafael Verger FdJ

 

HACIA UNA NUEVA EVANGELIZACIÓN

Por Rafael Verger FdJ

La fe hay que cuidarla.

Como pasar de una acción personal de fe a una acción expansiva de la fe, ósea MARKETING RELIGIOSO.  La comunicación viene del mundo corporativo del mundo empresarial y también del mundo de la Iglesia.

Hay que salir con la idea de que la fe es un don, no es una sorpresa de una bebida, de una casa, etc. El marketing religioso no es vender, se trata de buscar estrategias, medios para saber comunicar el mensaje religioso. ¿Cómo introducir en nuestra sociedad la necesidad del encuentro con Dios?

En nuestra sociedad hay muchas cosas que nos pueden ayudar; nuestro Dios es un Ser misericordioso, que acoge y libera.

-Debemos de saber acoger, liberar a los cautivos por la droga, el sexo, etc. Y mostrar el Amor de Dios como recompensa a la salvación en Jesucristo.

Hay que estar atentos para cuando el Espíritu nos pone adelante a la persona que necesita una palabra de aliento, intentar llegar al corazón de la persona, luego Dios hará el resto.

Se trata de ofrecer un producto que sea el que el interlocutor necesite, si necesita acogida se acogedor, si se siente solo ofrecer amistad, si se siente abandonado, deprimido, etc. ofrecerle un camino de salvación desde esa hambre que brota de su corazón.

El Marketing, es ese proceso para profundizar en todas esas áreas que pueden llevar a la persona a necesitar ese acompañamiento, todo ser humano tiene sed de trascendencia, es un proceso de empatía para cruzar la otra orilla y ponerte las sandalias del que no cree o no tiene esperanza, del alejado, de la oveja perdida.

Desde allí se trata de acompañarlos en su proceso de espiritualidad, si entendemos así el marketing religioso nos puede facilitar el saber relacionarnos con esta sociedad alejada de Dios.  Siempre nos hemos preguntado como llegar a los jóvenes, ese ¡cómo puedo llegar, es la pregunta del millón!  Hay que pensar que no es como llegar sino como puedo ofrecer yo mi esperanza en la vida de fe, porque los que están lejos tienen la misma hambre que tú, todos estamos faltos de cariño y con necesidades comunes a todos.

Los hay que lo están cubriendo con otros productos; espiritualidades, sexo, drogas, otras religiones, etc. Por eso el proceso del marketing es ponerse en las sandalias del otro.  Pero no solo una vez sino tiene que haber un acompañamiento, si el vendedor quiere hacer una buena venta, tiene que ser constante en la empatía de su producto.

Nuestra fe, es una fe de procesos, también lo podríamos concebir en el marco educativo, (puede que algunos no lo crean, pero para mi es lo mismo) un buen profesor tiene que saber llegar a sus alumnos, involucrarse en sus inquietudes, problemas, etc. todo es válido para llegar al hambre de la conciencia del niño e incluso del adulto.

Se trata de un proceso de concienciación por parte del profesor al que le tienen que ver como a un maestro/amigo, no como el que domina y se hace valer.

El marketing esta involucrado en nuestra sociedad; en el trabajo, la política, en todas las grandes comerciales. Se trata de planificar unos objetivos a corto y largo plazo.

La estrategia es un camino para seguir, vinculada al objetivo.

-Producto.

-Distribución.

-Precio

- Comunicación

Producto

 1.- Se trata de saber ofertar el producto, ¿Vamos ofreciendo solamente productos sacramentales? Catequesis prebautismal, primera comunión, matrimonios, etc. Retiros de cuaresma, convivencias, rosario, adoración,

Distribución

2.- ¿Seguimos ofreciendo lo mismo de antes, o nos abrimos a algo nuevo?  Estamos en la era de que no consumimos productos, sino que consumimos lugares, la Iglesia, la ermita, el convento, el lugar me permite proyectar lo que quiero que los demás vean lo que soy, de esta manera es casi imposible que uno que esta alejado de la Iglesia quiera consumir nada de lo que ofrecemos. Se trata de preguntarnos ¿seguimos ofreciendo desde nuestra perspectiva lo que está en nuestra orilla, pero que no está en la del otro?

Precio

Durante años hemos programado itinerarios de pastoral, ¿Cómo llegar a la persona que no cree, a que de un paso a la creencia?  Pensar que el que va a formalizar su itinerario de contenidos es el consumidor. ¿Ósea el consumidor es el que dirige lo que tengo que ofertar?  Si no nos dejamos interpelar por nuevas distribuciones siempre nos quedaremos en nuestra orilla. El precio, es utilizar los medios que disponemos tantas estructuras, iglesia, salones parroquiales, etc. Cuando el Papa insiste tanto en la “Iglesia en salida” es eso, ese “hagan lio” se trata de salir de todo lo conocido, (sal de tu tierra) y adéntrate a lo desconocido.

Todo este trabajo tiene que ofertar la comunión eclesial, hay que salir del concepto de contenidos, al lugar de por el cual cualquier oveja tenga una puerta abierta para entrar

Comunicación

Durante cientos de años hemos comunicado el evangelio a través de retiros, cofradías, revistas, tv, radio, etc.  Nos hemos acostumbrado a estar en esa caja de comunicaciones, y de allí no salimos, porque intentamos hacerlo desde lo que se nos ha enseñado y venimos haciendo durante décadas

Veo 4 tentaciones en todo esto.

1.- Los jóvenes se van, y empezamos a organizar conciertos, peregrinaciones,

2.- Cuantas más cosas mejor, películas, cinefórum, pero casi nada se consigue, los ateos siguen creciendo y los que vienen a nosotros solo están consumiendo un producto.

Ejemplo; para vender un paraguas es mejor buscar un día de lluvia, ósea si no llueve no venderé ninguno. Así que si no hay necesidad no sirve para nada llevar un paraguas de muestra, (el producto).

¡Empezamos a anunciar!; Empezamos la catequesis, los lunes despacho parroquial, los martes grupo de oración y así lo que quieras. Como no hay necesidad de este producto pasan los días y seguimos enunciando, como el vendedor de paraguas que anuncia sin lluvia porque no hay necesidad.

3.- El lenguaje. Hay que cambiar el mensaje.

4.- Hay un mensaje que se nos ha revelado y este no puede ser cambiado, lo que necesita la gente es que Dios es Amor, que él se encarnó, murió pagando nuestra deuda y resucito dándonos la Vida Eterna.

Pero ojo; una cosa es lo que trasmites y la otra es lo que la gente necesita oír.

Pero estamos en el mejor momento en la Iglesia para evangelizar, ¿Por qué me diréis? Pues porque la competencia nos esta ayudando porque la gente necesita sentirse querida, acompañada, valorada, etc. porque ni la misma sociedad puede satisfacer a nadie, todo es consumismo y placeres desordenados sin límite.

Incluso en las redes sociales competimos en cuantas amistades tengo en el Facebook, cuantos me gustas me ponen, si me leen o no, y otras plataformas iguales, pero ¿Cuántos de esos amigos conozco de verdad? Que me aportan a mi vida.

Por eso digo que estamos en el momento perfecto, la humanidad se siente sola, enferma, y en muchos aspectos moribunda. Pero mientras estemos anclados en lo aprendido durante años ofreciendo un producto, no llegaremos a los alejados de Dios y de la Iglesia. Es natural que la sociedad no nos quiera oír, como nos va a oír si siempre es más de lo mismo, ¡vendemos un paraguas!

En Tv los anuncios vienen con productos que suscitan la sed, el perfume, etc. la imagen vale mil palabras, ella misma nos incita a consumir, ¿Qué lenguaje ofrecemos al mundo para suscitar el deseo de Dios?

Para ese encuentro necesitamos un lugar, si no lo tenemos lo buscamos en un bar, hablando con el amigo o el que acude a nosotros porque le interpela nuestra vida, porque hemos pasado por la misma experiencia que esa persona está pasando. Es difícil que haya un encuentro sin una experiencia humana o religiosa, como vivir uno mismo un proceso “extra” de acompañamiento a esa persona alejada de Dios.

¡Nunca dejarla sola!

Por sí misma no entrara en la relación con Dios, todos necesitamos a alguien que nos motive a seguir nuestra relación con Dios y la comunidad eclesial, así vamos vinculando la parroquia en un estado de evangelización del tú a tú.

Rafael Verger