FRANCISCO DE ASIS "EL HOMBRE DE LOS ABRAZOS"

 

Francisco de Asís, el hombre del abrazo. El abrazo es un lenguaje que vale la pena descifrar ya que un abrazo reemplaza a las palabras para expresar aquello que ellas no pueden.  Francisco podría definirse como “el hombre de los abrazos”, aquel que supo vivir abrazando realmente a todos y a todo. Desde el comienzo se sintió llamado a ese estilo de vida nueva y se entregó a Él todo entero. Muy pronto se le unieron hermanos de todo tipo y recibió a todos, abrazó a todos sin excluir a ninguno con tal de que el Evangelio les interesara de verdad. Si vivían desde el abrazo a Cristo ya no había condiciones.

 Todos ellos no guardaron sus abrazos para sí Todos. se lanzaron a los pueblos para ofrecer aquel nuevo estilo de vida: el amor y el abrazo como escucha fraterna, el espíritu de una nueva forma de entender la civilización.  Desde aquel abrazo que un joven Francisco había dado a un leproso, había aprendido que las dolencias del alma son tan importantes como las del cuerpo, y que ambas se curan mejor desde el abrazo ofrecido y el respeto hecho escucha.

 Había visto su propia vida abrazada por Jesús y quería repetir esa terapia con toda persona que sufre.  Sin duda que esa terapia dio grandes resultados y el dolor de la gente sencilla menguaba cuando los hermanos los envolvían en sus abrazos sencillos y sin doblez.  Tan potente era la fuente de la que brotaban aquellos abrazos que éstos se extendían no solamente a las personas, sino incluso al resto de las criaturas.

 El sol, la luna, la tierra, las plantas, los animales, las piedras, el fuego, eran de verdad “hermanos”.  Francisco tuvo mil y un motivo para renegar del grupo de frailes que ambicionaban caminos de gloria y de poder que no eran los que Dios le había marcado. Pero no lo hizo, no se cerró a ninguno, no dejó de escuchar ni al que le negaba a él el derecho a hablar.

 Él siguió siendo hermano igual que al comienzo. Su abrazo a los hermanos y a todos estaba ahora hecho de sufrimiento y de dolor, envuelto en lágrimas.  Él siguió abrazando a los hermanos porque creyó firmemente que si se rompía aquel abrazo, si se quebraba la fraternidad, nada ya tendría sentido y no podría volver a rezar con verdad: “Padre nuestro...”.

 Su sueño lo había vivido y expresado como un deseo de unidad, de paz, de salida al encuentro de los lejanos y violentos para atraerlos a la serena senda de la fraternidad, y él mantuvo ese sueño y ese espíritu por encima de todo.  Nada de esto habría sido posible sin el gran abrazo, aquel que Jesús crucificado dio a Francisco, abrazo estrecho, gozoso y doloroso, con el que vivió toda su vida y que, al final, dejó incluso en su cuerpo su más dolorosas y queridas heridas. Él creyó, y acertó, que si se abrazaba al Crucificado su ideal estaba salvado y su vida nunca perdería sentido.

Y así fue. Aferrado al ardiente abrazo de Jesús se mantuvo hombre de fe y de fraternidad hasta el final, ofreciendo su abrazo entre cantos incluso a “la hermana muerte”. Hombre de abrazos abiertos, de escucha y respeto, de búsqueda de encuentro con todos, eso es lo que fue Francisco en su vida; eso enseñó a sus hermanos; eso es lo que dejó como mensaje y legado, como espíritu y estilo de vida que para siempre llevarán el nombre de su ciudad, Asís.

 Puede parecer una manera superficial de entender a Francisco, pero palpita un hondo misterio en su vida abrazada y abrazante: el Misterio de saberse abrazado y amado para amar y abrazar.  Una persona franciscana que no sepa abrazar con su forma de escuchar y acoger a los demás, que no tenga facilidad para abrir los brazos y el corazón, aún no ha entendido bien a Francisco.

 El franciscanismo es, entre otras cosas, una escuela de diálogo y abrazos. Porque ése es el camino de la fraternidad: reconocer que todo ser, que toda persona forma parte de mi vida y la necesito abrazar y escuchar para que ambos estemos y nos sintamos realmente vivos.

El Espíritu de Asís es un abrazo siempre ofrecido; un diálogo en el que toca escuchar; un salir al encuentro de todos como se sale al encuentro de alguien respetado y amado.

 Necesitamos ese espíritu en nuestras familias, en nuestra Iglesia y en nuestro mundo. El Espíritu de Asís es un abrazo fraterno que ama de forma eficaz para erradicar la pobreza, para calmar la angustia, para redimir personas que son hermanos.  Sin rechazar a nadie por ser distinto. Necesitamos vivir en el abrazo de Jesucristo para aprender a aceptar y abrazar a todos sin rechazar a nadie por ser distinto.

El Abrazo fraterno, tiene el inmenso significado demostrar afecto, cariño y hasta respeto. La gente hoy por hoy, más que nunca, necesitamos dar y recibir la manifestación física del abrazo, porque nos sentiremos reconfortados y acompañados en nuestros sentimientos tanto en la alegría como en la tristeza El abrazo es conciliación y la conciliación es convivencia en paz, porque vivir por vivir, no es vivir, vivir en paz, es vivir. Todas las guerras en sus diversos tipos y causas, han terminado hablando y si son las consecuencias de tantas muertes y odios, debemos pensar en agotar la conciliación, la reconciliación y el perdón.

 Hoy ESTE ABRAZO nos ayuda a darnos cuenta de que la construcción de la Iglesia es tarea de todos, de que todos somos Iglesia, el templo vivo. Necesitamos la unión, para llegar a construir el tan soñado Reino de Dios: luchando por las injusticias presentes en nuestra sociedad; entregándonos a los más desfavorecidos; Y POR TODA LA CREACIÓN, trabajando juntos por un mundo mejor. En suma, que seamos conscientes de que los diferentes carismas son simples medios para llegar a un fin, que es Jesucristo, camino, verdad y vida. Es indudable que las luchas políticas dentro de sus fines sociales y económicas, han trastocado el libre desenvolvimiento de la personalidad y han convertido a la gente en esclavos del abuso del poder, al extremo de que estamos viviendo una lucha del hombre lobo-hiena contra el hombre, la gente contra la gente, aún dentro de su misma familia, porque ha prevalecido el odio, el rencor y las apetencias personalistas totalitarias desvirtuando el mejor sentido, propósito y acción de la democracia y el socialismo en sus fundamentales principios.

 La conciliación es posible entre la democracia y el socialismo ético y humanitario, pero difícil en la democracia corrupta, capitalista, neo-liberal y salvaje y en el socialismo marxista, corrupto, estatista y tiránico, por ser de lesa humanidad. El abrazo fraterno, deberá buscar para siempre ha inspirado en el optimismo y en la alegría, el establecimiento de la conciliación entre el capital y el trabajo, entre el empresario y el obrero; entre todas las clases sociales, entre gobierno y oposición para convivir en una sociedad justa transitando los caminos de la congenialidad y execrando el culto a la personalidad y abuso del poder que han sido el meollo del impedimento para el abrazo fraterno El gesto del abrazo en algunas culturas desempeña un papel muy importante, casi determinante, por querer expresar un sentimiento de unión, acogida, aceptación, un signo de amor fraterno, creando así lazos entrañables entre los seres humanos en paz.

Paz y bien!!

Comentarios

  1. Siempre me a fascinado el ejemplo de entrega de Francisco, su espiritu sigue vivo
    Vicente
    Colombia

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares