¿Hacia dónde vas Iglesia mía?
¿Hacia dónde vas Iglesia mía?
Una cosa muy interesante que yo
veo, es que nuestro querido Papa
Francisco ya en su inicio de su Pontificado quiso que le llamaran “Francisco”
haciendo referencia a San Francisco de Asís y casi su primer mensaje al mundo
fue; «Quiero una Iglesia pobre y para los pobres» ...
No es que los otros Papas no
hayan hablado de esto, porque es de la doctrina social de la Iglesia, ya que es
la opción presencial por los pobres. Dios pone a cada Papa una misión muy
particular, y el hecho de que el Papa se haya tomado el nombre de Francisco, él
mismo se ha simplificado, con esto no critico a los anteriores porque ellos seguían
una tradición, pero él se fue a vivir en Santa Marta, una habitación sencilla y
come con los trabajadores, etc.
Si Dios ha hablado a la Iglesia
con cada Papa, lo que veo es que la Providencia querrá una Iglesia pobre y para
los pobres. Dios a través del Papa Francisco nos está simplificando con la
manera de proceder del Papa, nada es coincidencia cada vez son menos los
creyentes católicos que asisten a la iglesia y nos estamos volviendo más
pobres, no nos damos cuenta de que todo tiene un porque y una finalidad. Dios está preparando a un renacimiento nuevo
de su Iglesia. La Iglesia no es una ONG, tampoco un sistema de existencialismo sino
más bien una pobreza muy diferente, la que nos lleve a Cristo.
San Gregorio Magno dice; “Cuando
damos las cosas necesarias a los pobres, no les estamos dando generosamente lo
que es nuestro, sino que les devolvemos lo que les pertenece” cuando lo hacemos estamos pagando una deuda
de justicia y no haciendo una obra de misericordia, solo esta cuestión ya quita
cualquier existencialismo, para un cristiano es acercarse al pobre como un privilegiado
en servir, lo que se le da es lo que le toca por justicia, al acercarnos al
pobre éste nos ayuda porque nos revela
lo que somos.
San Gregorio de Niza dice; “Tú dirás;
Yo también soy pobre, pero da de lo que tienes, porque Dios no te pide que des
por encima de tus fuerzas, tú darás un pan, el otro una manta, etc y así
daremos cada uno según su corazón. ¿Cuántas veces te has sentado junto a un
mendigo (los sin techo) has hablado con él, te has interesado por su vida? O solo
será para ti darle para un bocadillo y adiós. Así ya has tranquilizado tu
conciencia no?
Pero está bien que ayudemos al
pobre pero sin olvidar que Jesús nos dice, Vosotros sois la sal de la tierra,
pero para qué? Pues para que se manifiesten sus obras. Tendremos etapas para
sembrar, otra etapa para regar y otra para recoger. Para Carlos de Foucauld, le
toco la etapa de remover la tierra,
quitar las malas hierbas, y no convirtió a ningún musulmán en el desierto
parecería que su presencia no hubiera servido para nada, a él no le toco ver la
conversión del amigo musulmán que vivía con él. No pensemos que todo lo tenemos
que hacer ahora ya, como si tú fueras el que lo tiene que hacer todo, hay que
dejar el espacio o el tiempo a Dios, pues él así lo dispone.
Carlos de Foucauld lo que quiso
era vivir una vida sencilla, pobre, el descender, todo lo contrario a lo que
quieren algunos, para esto hay que ser
pobre en Cristo. En Jn 3.30 dice; “Es necesario que Él crezca y yo disminuya”
Podemos hacer muchas cosas, crear ONG, Mercadillos solidarios, etc. Pero lo que
le da valor como cristianos es que el que nos mueve es Cristo el Señor, y no la vanagloria de ser aplaudidos. Ha veces
hay que pensar que la Obra que hacemos no es nuestra, es del Señor! Él te
inspiro lo que tenías que hacer, tú solo
haces lo que Dios te dio a conocer, pero
la Obra es de Dios no tuya.
Si a cualquier obra que hagamos no va acompañada
de sacrificios y oración, lo que hagamos será una acción asistencial nada más.
Cristo curaba a los enfermos sí, pero luego les daba una palabra de Vida,
hacemos lo mismo? Actuamos de igual modo…
El Señor nos llama a trabajar en
su viña en humildad, en servicio y no para enaltecer nos alimentando nuestro yo,
sino para que la Gloria sea suya. Así es como el Papa Francisco quiere que
actuemos, no juzgar y actuar con el Corazón de Dios. Dejar a un lado el “puritanismo”
y tener la mirada en Cristo, y preguntarnos muchas veces ¿Qué haría Cristo en
mí lugar?
“Porque al que se le dio mucho,
se le pedirá mucho” Lc 12.39-48 también dice el Papa “No hay humildad, sin
humillación. Hay clases de cruces; o
sufres como un soberbio, como un puritano, o sufres como un pecador
empedernido, o sufres como un pecador arrepentido, o sufres como un santo. En
cambio cuando te enalteces por tus seguridades, doctorales, teológicas, etc. Lo
primero que más cuesta es humillarse
Casi sin darnos cuenta el Papa
Francisco nos está introduciendo en la Buena Noticia de Jesús, está creando en
la Iglesia un clima nuevo, más evangélico y más humano. Yo sé que la Iglesia
necesita más reformas y muy profundas, para corregir desviaciones alimentadas
durante muchos siglos, necesitamos sencillamente volver a Jesús, enraizar
nuestro cristianismo con más verdad y más fidelidad es Jesús, su mensaje y su
proyecto del Reino de Dios. Se nos había olvidado que en el centro de la
Iglesia está Él, atrayendo la atención de todos, ha de estar siempre los
pequeños, los más frágiles y vulnerables.
Para caminar hacía las periferias
existenciales y con la fuerza evangélica: las envidias, el afán de hacer carrera y el
deseo de dinero; “la desinformación, la difamación y la calumnia”; la
arrogancia y la hipocresía clerical; la “mundanalidad espiritual” y la “burguesía
del espíritu”; los “cristianos de salón”, los “creyentes de museo”, los
cristianos con “cara de funeral”. Es preocupante esta actitud, “una sal sin sabor”, “una sal que no sabe a
nada”, y nos llamas querido Francisco a
ser discípulos que aprenden a vivir con el estilo de Jesús.
R. Verger
Maravilloso el pensamiento, ojala Dios purifique nuestras dejadez
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