LA PARROQUIA, LUGAR DE ENCUENTRO.
Tenemos que tender puentes y generar espacios constructivos, con una sonrisa en la cara y desde la propuesta; si buscamos las trincheras, el mensaje no se transmitirá con la dulzura que necesita. Y es fundamental el primer anuncio. Nuestra sociedad es muy sentimental, la gente necesita afectos, y en la falta del sentido de la vida busca trascendencia. ¡Y por donde lo busca? En sitios equivocados, en la droga, el sexo, el ego, etc. todo es porque nadie les ha dicho ¡Cristo te ama y a muerto por ti! Ahí hay una oportunidad: Jesucristo te ama, ha dado la vida por ti, te ha rescatado... ¡y tienes una parroquia! En ella nos reunimos los que como tú ansiamos una vida mejor, donde buscamos la verdadera felicidad, ésta que se encuentra lejos de los placeres del mundo. Donde en la parroquia no somos un número más, todos tenemos cabida en ella. Ella es ejemplo de una gestación en silencio, un nuevo nacimiento se da, y cada cual busca a Dios con sincero corazón. Hoy buscamos generar p