“DIOS ES BUENO CON TODOS” Mateo. 20.1-15
REUNION DE ORACION
DÍA 11 DE MAYO 2016.
“DIOS ES BUENO CON
TODOS” Mateo. 20.1-15
“Con el Reino de los
cielos sucede lo que con el dueño de la finca que salió al amanecer a contratar
obreros para su viña. Después de contratar a los obreros por un denario al día,
los envió a su viña. Salió a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza
sin trabajo y les dijo: “Id vosotros también a la viña, y os daré lo mismo un
denario. Ellos fueron.
Salió de nuevo al
mediodía y a primera hora de la tarde, encontró a otros que estaban sin trabajo
e hizo lo mismo. Salió por fin a media tarde, encontró a otros que estaban sin
trabajo y les dijo: ¿Por qué estáis aquí
todo el día sin hacer nada? Le
contestaron “Por qué nadie nos ha contratado”.
Él les dijo; Id vosotros también a mi viña. Al atardecer, el dueño de la
viña dijo a su administrador “llama a los obreros y págales el jornal,
empezando por los últimos hasta llegar a los primeros. Vinieron los de la media tarde y cobraron un
denario cada uno. Cuando llegaron los primeros, pensaban que cobrarían más,
pero también cobraron un denario cada uno. Al recibirlo se quejaban al dueño,
diciendo: “Estos últimos han trabajado solo una hora y les has pagado igual que
a nosotros, que hemos soportado el calor y el peso de todo el día. Pero él
respondió a uno de ellos: “Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No quedamos
en un denario? Toma lo tuyo y vete. Si yo quiero dar a este último lo mismo que
a ti. ¿No tengo libertad de hacer de lo
mío lo que quiera? ¿O tienes que ver con malos ojos que yo sea bueno?
Palabra de Dios
Reflexión personal
“El Amor de Dios rompe
nuestros esquemas”
Esta parábola se le llama “los obreros de la viña” pero el verdadero protagonista es el dueño de
la viña. La jornada de trabajo comenzaba sobre las 6 de la mañana y terminaba a
la puesta del sol. Jesús compara el reino de Dios con lo que sucede en una
jornada de vendimia con el propietario de la viña y sus jornaleros.
El propietario de la viña hace un trato justo con sus
empleados, pero pensemos un momento en los últimos, solo falta una hora para
terminar la jornada de trabajo, y así mismo les dice; Id también a mi viña.
Ningún propietario actúa así cuando sabe que solo falta una
hora para terminar la jornada. No dice nada de la cosecha. Solo que no quiere
ver a nadie sin trabajar. Enseguida vienen las protestas de unos y de los
otros, entra el regateo. Los primeros quieren recibir más que los últimos, pues
según ellos han trabajado más que los últimos y es cierto. Pero no entienden
que el dueño les contrató por un denario para toda la jornada. Y a los últimos
les da lo mismo que a los primeros ¿Por qué?
Porque así era el trato. Recordemos esa frase; “El que paga manda”. Y si
el que paga quiere dar el mismo salario a todos a ti qué? Con su dinero hace lo que quiere. Y si Él
quiere ser bueno con todos?
Dios es bueno con todos, nos mira con amor. Lo merezcamos o
no. Su bondad misericordiosa está más allá de la fe de los creyentes y del
ateísmo de los incrédulos. ¡Qué suerte si Dios es como nos sugiere Jesús!
Todos podemos confiar en este Dios, aunque nuestros méritos
sean pequeños y pobres.
El “Id” a la viña a trabajar es un mandato para
nosotros los creyentes. Para todos los cristianos, trabajar en su viña es igual
que “amaos
los unos a los otros” “id y predicad la buena Noticia”.
Ha unos los llamara en la niñez, a otros en la media tarde, a
la adolescencia, a otros en la pubertad,
y a otros en la madurez. ¿Qué importa a la edad en que seas llamado? Lo
importante es que eres “Llamado/a, a trabajar en su viña”.
¿Cómo respondemos a la llamada? Para un cristiano responder a
ese llamado es; Ser fieles a Dios, y a su Palabra. Trabajar en su “viña” es
sentirse hijo de la Iglesia, es colaborar con tú parroquia, etc. Porque es la
Iglesia que Él fundo. Y no hay otra.
Porque en la Iglesia está la Verdad, en ella está la
Tradición Apostólica. Desde Pedro, hasta el Papa Francisco, ininterrumpidamente.
Pregúntate a ti
mismo
¿Me alegro que Dios
trate a todos según su bondad infinita, o a veces deseo que Dios les de su
merecido, por ejemplo a los que me han
hecho daño?
¿Qué puedo hacer en
concreto para cambiar y mejorar la imagen de Dios en los ambientes en los que
me muevo?
¿Cómo actuar con tacto,
con respeto y con amor para acercar a las personas al Dios bueno encarnado y
revelado en Jesús?
¿Cómo cristiano, acudo
varias veces entre semana a Misa para recibir la eucaristía o solo los
domingos?
¿Tengo mis momentos de
intimidad con el Señor, por la noche antes de dormir? ¿Leo la Palabra de Dios y
la medito?
Si me siento bien en el
grupo de oración, y voy descubriendo a
Jesús. ¿Invito a otros a formar parte del grupo?
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