ESCUELA DE SILENCIO CON JESUCRISTO - SIN YOGA
“Cuando ores,
entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto”
Mt 6, 16-18
Practica de meditación profunda
Entrar en la meditación profunda
es como decir; ¿Cómo adorar la presencia de Dios? El Señor nos dice “entra en
tú cuarto” entrar en el cuarto es fácil, pero como hacemos si al ir a la
adoración a Dios, en nuestra mente hay pensamientos como: mañana tengo que
hacer este… mira que fulanito… tristeza, dolores, etc.
Este cuarto del que Jesús nos
habla hay que entenderlo de un modo figurado, es la última soledad del ser,
después nos dice Jesús “cierra puertas y ventanas” cerrar en un momento
las puertas es fácil, ¿pero qué hacemos si muchos pensamientos bailan en
nuestra cabeza? Hoy se trata de hacer silenciamiento.
Para buscar la Presencia de Dios hay que acudir a la fe en El, tiene que
hacerse densa, consistente y sanadora, es necesario tener el espíritu atento,
nuestra habitación tiene que estar “vacía, y silenciosa” cuanto más entremos en
el silencio más despejada estará nuestra alma y más puro y profundo será el
encuentro con Dios. San Juan de la Cruz dice; Aprended a estar vacíos de todos
vuestros pensamientos, tanto interiores como exteriores, y veréis como
resplandece Dios.
Creo que la mayoría de los
católicos no llegan a las experiencias profundas con Dios, porque no saben o no
han entrado en este espacio de despojo y silenciamiento. Bajo mi pobre
experiencia quiero compartir con los que quieran caminar por estos senderos,
quisiera que fuera una ayuda útil para todos y para algunos muy importante,
para esos encuentros verdaderos con el Señor. Pero no hay que equivocarse, el
silenciamiento no es oración, es una pequeña ayuda previa para poder orar. Es
como decir; cierra los ojos y verás; haz silencio y escucharás. Nuestra mente
es una masa confusa en que es difícil de distinguir lo que es pensamiento de lo
que es emoción. Todo está entremezclado, recuerdos, imágenes, proyectos,
presentimientos, sentimientos, pensamientos, criterios, obsesiones, ansiedades,
todo está mezclado en una confusa mezcla.
En este mar turbulento y agitado,
Dios naufraga inevitablemente, es casi imposible una intimidad quieta y
concentrada en la fe y en el amor con el Señor Dios. Hay que empezar a
silenciar todo, mirad siempre insisto en entrar en la escuela del “silencio” de
retiros para aprender y practicar, para que luego en la vida diaria cada cual
lo practique en su habitación.
Toda esta mezcla de ideas,
pensamientos asaltaran en nuestra mente, se trata de dejar que pasen sin
detenerse en ellos, hay que ir borrándolos de la mente se trata de apagar la
luz de la habitación y quedarnos a oscuras, entrar en el vacío total, ¿Qué
queda? Entrar en la presencia de mi mismo a mi mismo en silencio y paz.
Cuando he entrado en mi mismo, he
ido logrando vaciarme de mi mismo puedo decir; Tú eres mi Dios, estas conmigo. Así
de esta forma vamos entrando a la cena con Dios “Vendremos a él y cenaremos
con él” esa cena que recrea y enamora, de esta forma nos daremos cuenta de
que El Padre estaba contigo lo que pasa es que había demasiados ruidos que impedían
escuchar su Voz.
Así de esta forma en esta
atmósfera transparente el Rostro del Padre trasparecerá ante ti, nítido,
patente en nuestra conciencia estará clara de que el Padre es mi padre, que
esta en mí, que la Trinidad viene a cenar conmigo. No se trata de decir que
Dios esta dentro de mí, pero también está fuera de mí, es inmanente a mí, pero también
es trascendente a mí. Lo correcto sería decir; Dios está conmigo, es conmigo,
dondequiera que yo voy Él va conmigo.
Una cosa muy difícil que ocurre
muchas veces es el “silencio de Dios” Él es aquel que siempre esta callado,
pase lo que pase el guarda silencio, la visita del Señor por nuestra vida es
silenciosa, Dios, aguarda en ese silencio eterno dentro de sí mismo y dentro de
ti. Vienen las tentaciones, las voces
internas y como el salmo 42 “Oye donde está tú Dios” el alma tiene que
purificarse de apegos místicos, ni toques espirituales, tiene que estar vacía
completamente. Así entramos en lo que llamo crisis de fe, momentos de
confusión, etc. Casi nadie se libra de estos momentos, ni los profetas, ni los
santos, ni el propio Jesús en el Getsemaní o Calvario
El Amor de Dios nos persigue, nos
seduce, nos llama continuamente al encuentro amoroso. El cielo se gusta en el
plano físico y muy especialmente en el espíritu. Es importante entrar en nuestro aposento “corazón
– espíritu” y allí adorar en Amor al que por Amor viene a ti.
Fraternidad de Jesús
Rafael Verger
Una profunda reflexión muy espiritual sobre todo para personas con deseos de profundizar en el camino del espíritu, que pena no poder asistir a este retiro del sábado. Es muy necesario ayudar a los católicos a profundizar en la meditación, la verdad que confundimos la meditación con oración.
ResponderEliminarRezaré por vosotros y a la próxima compartiré con vosotros.
Tanto el silencio interior como el exterior proporcionan grandes beneficios a nuestro cerebro. Tanto la ausencia de ruidos, como la ausencia de estímulos estresantes facilitan una forma de descanso única. Revitalizan. Aclaran la mente y moderan las emociones. No hay nada como el silencio para renovarnos.
ResponderEliminarDr. FRANCISCO TOLEDO ROMERO
Murcia | Psiquiatra
La veritat és que apuntar-se a un retir és una cosa que, per la raó que sigui, està força de moda.
ResponderEliminarPotser contribueix a això que molta gent famosa els fa i després publica a les seves xarxes, així que els retirs semblen de sobte una activitat molt guai!
Per mi meditar no té res a veure amb posar els ulls en blanc i començar a vocalitzar mantres. La meva definició personal és força senzilla: si ja coneixes la meditació, has practicat i tens recursos per fer d'un retir de silenci una gran experiència.
He tingut l'ocasió de participar en recessos de silenci i la veritat ho aconsello a tothom, joves i adults és una manera de desconnectar per organitzar la teva ment i les teves prioritats
J. Bauzá
Mallorca