FRATERNIDAD DE EMAUS "iGLESIA EN SALIDA"


La sed de Dios
¿Quién tiene sed de Dios hoy en día? salmo 42: “Como la cierva sedienta busca las corrientes de agua así mi alma suspira por ti, mi Dios” Es necesario reencontrar el deseo.  Un deseo cuya experiencia es una condición de mendicidad: el creyente es un mendigo de misericordia. “El deseo es la brújula: que nos orienta hacia Dios”. Y lo importante,  “no es lo que he sido, ni lo que soy, sino la potencialidad de Dios, el deseo que  Dios, despierta en mí” “El Papa recuerda que una de las peores tentaciones son la autosuficiencia y la auto- referencialidad. Cuando eso sucede, hacemos de la vida una cápsula insonorizada, que puede asemejar a una cómoda zona de confort, pero que nos hunde en una anorexia mortal, porque el don de Dios y de los hermanos no circula, ni nos alimentamos”.

La sed de Dios es la vida comunitaria, El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son COMUNIDAD. O vida Trinitaria. Pero es el llamado a vivir en una comunidad, los cristianos no estamos llamados a vivir nuestra fe “aisladamente como islas” desde nuestro bautismo se nos incorpora a la comunidad - la Iglesia, vivimos desde una familia, y en nuestro andar diario somos ciudadanos de un barrio o de un país. No se produce nuestro nacimiento desde la explosión de una burbuja de aire… somos engendrados desde el fruto de la unión de un hombre y una mujer (nuestros padres) y venimos a formar parte de una familia. Por eso querido amigo es lo que quiero que entiendas que hemos sido LLAMADOS A LA COMUNIDAD!!


Al llamarnos Dios a la vida nos dio un “Don y una vocación”. Dios no llama a la vida a un ser para nada, (sin gusto, ni beneficio) todo tiene un propósito y una misión. Un árbol crece y da sombra, fruto, y beneficio. El ciclo de la vida sigue su curso de generación en generación hasta el día de hoy. El Universo y el Cosmos tienen un “orden” nada está para no hacer nada. Todo tiene un “porqué” y “para que”. Dios Padre Creador de todo lo creado, visible e invisible, todo está bien hecho. Solo Dios conoce el  por qué y para qué. Pero esto es demasiado profundo y no es el caso ahora.

Volvamos a la Comunidad, o a la vida comunitaria. Que es nuestro principio y será nuestro fin. Al Don y vocación. “El Señor me dio hermanos”. ¡Qué carga de experiencia y contenido para definir la vocación. San Francisco de Asís ya no podrá separar nunca el seguimiento de Jesús y la llamada a ser hermano. Así nace la fraternidad: por don del Señor a ser hermanos. Aquí comienza la vocación, en percibir al otro como don. Palabra bonita, si no fuese terrible.  Lo que al principio percibes desde la alegría de la vida recién estrenada, ha de tomar cuerpo y ser verdad de existencia. 
Porque el otro es distinto de mí, y amarse en la diferencia siempre es señal de madurez humana y espiritual. Porque los conflictos de convivencia, por mil motivos, son inevitables, y saber elaborarlos es todo un camino. Porque mi egoísmo y el de los demás entorpecen y hasta pueden bloquear las relaciones. Con el tiempo hay que aprender el secreto: volver cada día al fundamento y fuente del don que sólo es Dios. Cuesta esta sabiduría: “Dios nos da hermanos, nos hace hermanos, sufrimos y gozamos como hermanos, para lo único necesario en el cielo y en la tierra,” es que seamos hermanos…. Somos la Familia de Dios.
“¡No nos dejemos robar el entusiasmo misionero!” “¡No nos dejemos robar el gozo de la evangelización!” “¡No nos dejemos robar la esperanza!” “¡No nos dejemos robar la comunidad!” “¡No nos dejemos robar el Evangelio!” “¡No nos dejemos robar el ideal del amor fraterno” (Evangelii Gaudium)


Todo cambio de época trae consigo una especie de “tsunami” que remueve valores y creencias, que interpela, que siembra incertidumbres, que desestabiliza el orden establecido… No podemos ignorar que un mundo nuevo está surgiendo ante nuestros ojos. En todos los ámbitos, familia, estado, van surgiendo nuevos conceptos o formas de vida, relaciones interpersonales, globales,   religiosas y filosóficas. (Nueva Era) Pero el Papa, y todos los Pastores de la Iglesia nos invitan a ser hombres y mujeres “en salida” salir de nuestras mediocridades y abrirnos al mundo con la fuerza del Espíritu Santo, “No tengáis miedo” nos decía San Juan Pablo II, Papa. 
Esta comprensión de Iglesia "en salida", también exige una mirada más flexible de lo "programático", de tal forma que los mismos itinerarios pastorales transiten desde "hojas de ruta" rígidas, y con fecha de caducidad temprana, a orientaciones con rasgos amplios, respetuosas de la rica diversidad de la Iglesia y profundamente centradas en relevar los lugares de encuentro con Cristo, de tal forma que los "diversos" -que son miembros de la misma Iglesia- puedan estar unidos en lo esencial y, al mismo tiempo, desarrollen una evangelización de acuerdo a su originalidad discipular, y a las exigencias concretas de su realidad.


En esta misma lógica, la maduración de los mecanismos de participación de los bautizados en las estructuras de la Iglesia, no deberían comprenderse solo en vista de la organización eclesial, sino prioritariamente para al servicio del "sueño misionero de llegar a todos" (EG 31). El paradigma del cristiano que emerge de esta propuesta, como oportunamente se señaló, es el testigo de Cristo que, inserto en la intemperie de la postmodernidad, da testimonio de lo atractivo que es el Evangelio y de la humanización que conlleva el camino que Cristo propone.

Con luminosa claridad, Francisco nos ha introducido en un dinamismo de "salida", que exige a la Iglesia una conversión pastoral que favorezca la diversidad, provocando la acción misionera de los discípulos y pretendiendo que estos, desde la riqueza y la originalidad de su bautismo, sean sujetos individuales y colectivos del anuncio del Evangelio en los diversos areópagos. También, ha insertado a la comunidad de los discípulos en un camino de conversión a la misión, donde los distintos miembros de la Iglesia, que son una comunión, se articulan en vista a la entrega generosa para la vida del mundo.

La propuesta de la "Comunión misionera" tiene su fundamento primero, no en el Sacramento del orden, sino en el bautismo (cf. EG 103), de donde proviene "la gran dignidad" (EG 104) del cristiano, y que lo constituye en discípulo misionero. En efecto, "en todos los bautizados, desde el primero hasta el último, actúa la fuerza santificadora del Espíritu que impulsa a Evangelizar"

Pero claro me contestarás todo esto está muy bien, pero como lo llevamos a cabo?
Fácil!!, la respuesta es en COMUNIDAD Y EN COMUNIÓN. Debemos de sentirnos Iglesia, la iglesia no son los curas y las monjas, los laicos,  ellos y nosotros somos la Iglesia de Cristo. ¿Y qué papel tiene el Laico? De Lector, acólito, sacristán, Respuesta./ hay que recuperar los Ministerios Laicales, entre ellos están los mencionados antes, pero hay uno que no se ha mencionado sabes cuál es? El testimonio, la palabra, la comunidad. Estos a mi modo de ver son los más importantes.




¿Y cómo se hace?  Pues acude a la parroquia, interésate por las necesidades de la misma, ofrécete al párroco, empieza por tomarte en serio tu corresponsabilidad como fiel laico en la parroquia. Y empieza a caminar dentro y desde la comunidad. Nos reunimos en grupo todas las semanas, hacemos “lectio divina” oración en común, formación, etc. Participamos en todas las áreas de la parroquia, coro, caritas, mercadillos solidarios, grupo encuentro, en movimientos juveniles, etc. Somos una parroquia “en salida”.

La Fraternidad de Emaús empezó hace ya varios años, un grupito de laicos deseosos de conocer más al Señor, y vivir el Santo Evangelio. Nos pusimos en marcha!!
¿Quieres ser uno más de nuestra Fraternidad? No somos algo aparte de la parroquia, somos “parroquia” la Parroquia es la Comunidad de comunidades, pueden ser diferentes entre sí, pero unidas y en comunión. Porque es por medio de la Unidad y Comunión,  que será más eficaz nuestro testimonio de que en verdad Cristo ha Resucitado!!.

Nos reunimos todos los miércoles en la parroquia de la Vileta, puedes pedir información a nuestro párroco, o a cualquier hermano o hermana servidores, son los que acogen a los que vienen a nosotros como Fraternidad de Emaús. Las puertas están abiertas para todos, solo un requisito pedimos ser constantes en la vida de fraternidad, puesto que vamos creciendo dentro y bajo la guía de nuestro párroco. Los hay que sólo vienen a la adoración comunitaria y no quieren formar parte de la Frater, no pasa nada. Bienvenidos!! 


Comentarios

  1. Preciosos, això és el que dignifica a una parròquia dels laics en unió fraterna amb el seu sacerdot (rector) com fraternitat esteu en més parròquies de Palma?
    Luis Marti
    Algaida Mallorca

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  2. Em dic Joan Bibiloni, he fet la retirada d'Emaús i va ser una de les meves millors experiències de la meva vida, el recomano a qualsevol persona, però després la realitat és que vaig a la meva parròquia i no hi ha més del del de sempre, no hi ha grups de formació, lectio, ni res més, m'agradaria saber com se comensa amb vosaltres i com hauria de fer-ho jo. Gràcies per privat us escriuré
    Solller

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  3. Estoy muy contenta de ver como vuestra parroquia con el P. Julio al frente sois unas de las parroquias más vivas de Palma, la simpatía de Julio es conocedora por donde pasa.. Ya en la Trinidad de Palma le añoramos mucho. En lo que lleva con vosotros se ve que el Espiritu Santo os ha bendecido. A aunque no soy de la parroquia de la Vileta, me siento muy motivada a vuestra fraternidad y a la labor evangélica de cuanto hacéis.
    Imitando vuestros pasos somos unos cuantos laicos que estamos interesados en seguir vuestros pasos, os escribiremos por email para que nos informéis, gracias.
    Conchi

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  4. Es en el caminar de cada día donde nos convertimos en testigos y heraldos del Evangelio en los distintos contextos. La misión nos lleva a la vida de cada día, a nuestro trabajo, nuestros estudios, nuestro barrio, nuestro pueblo, nuestra familia, nuestro tiempo libre... Es ahí donde nos jugamos la tarea evangelizadora que tenemos encomendada
    Pablo Casas O.P.

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  5. Que maravilla de parroquia, que lástima que estoy tan lejos de vosotros. Soy un seglar y vivo en Cuenca tengo 36 años me llamo Antonio, felizmente casado, tengo 2 hijos y mi mujer y yo andamos buscando una fraternidad como la vuestra. Rezad por nosotros para que Dios nos bendiga y la encontremos. Es la hora de los laicos y entre todos nos necesitamos.
    Antonio y Carmen
    Cuenca

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