LA VIDA CONSAGRADA


La Vida Consagrada tiene su origen en el mismo Señor, es parte inamovible de su Iglesia, un bien para toda su Iglesia". Así se expresaba Benedicto XVI en 2010 refiriéndose a la vida religiosa. Un ejército de unos 800.000 hombres y mujeres que, en todo el mundo, sirven a Dios y a la Iglesia en los lugares y situaciones donde más falta hace una presencia que muestre el rostro misericordioso de Dios. Son cientos de congregaciones, de vida activa y contemplativa, que, con sus peculiaridades, sus diversas misiones, sus estilos y carismas suponen "un Evangelio vivo que se actualiza continuamente con formas nuevas", que diría el Papa.
Mirar la múltiple acción de todas estas congregaciones supone mirar la geografía del dolor, de las necesidades y penurias de nuestra sociedad. No hay situación donde la humanidad viva en precariedad y no haya una presencia de Iglesia, a través de una comunidad religiosa, que intenta transformar esas situaciones y llevar allí la luz del Evangelio.
Pero, además de las obras concretas que las Congregaciones ha puesto en marcha, la mayor parte de ellas han generado un movimiento de laicos alrededor de ellas, sus propias familias, las suelen llamar. Este dato me parece significativo. Siguiendo cada uno de los carismas aprobados por la Iglesia, la Vida Consagrada ha generado estos grupos que comparten una determinada espiritualidad, crean formas de participación y de colaboración en la misión de esas congregaciones, y promueven iniciativas de formación. Así pues, su acción se extiende más allá de propia misión, con ser esta importante


Comentarios

  1. Unidos en oración los unos por los otros, desde Lerma. Gracias por vuestra oración
    Sor Ines

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